viernes, 8 de mayo de 2015

"TERREMOTO EN NEPAL ¿DÓNDE ESTABA DIOS?"


Día tras día suceden acontecimientos que nos estremecen y escuchamos o tal vez caemos en la tentación de preguntarnos: “¿Dónde estaba Dios?”: “Un copiloto estrella un avión en los Alpes: 150 muertos”, “Cristianos perseguidos, torturados y asesinados en Irak”, “Setecientos inmigrantes africanos fallecidos en aguas del mediterráneo”… y lo último: “Terremoto en Nepal: miles de muertos”

¿Y qué tiene que ver Dios con tanta desgracia? ¿Acaso Él es responsable de que todo eso ocurra? ¿Desde cuándo el Dios de Jesús y de la vida es un “dios sanguinario” al que le fascinan las tragedias y desea el sufrimiento, el dolor y la muerte? ¿Y es que unos padres que aman a sus hijos no sueñan lo mejor para ellos? De la misma manera que unos padres no pueden evitar el sufrimiento, el dolor y la muerte de sus hijos… el Dios de Jesús que nos ama incondicionalmente tampoco puede evitar nuestro sufrimiento, nuestro dolor  y nuestra muerte o la de aquell@s que más queremos y tampoco que tanto desastre suceda en el mundo. Y si no… miremos a Jesús… contemplemos la Pasión…

El problema surge cuando creemos en un “dios omnipotente”, un “dios que pudiendo evitar que sucedan las desgracias, se ensaña con los seres humanos a su antojo”... creyendo en un “dios” así no es de extrañar que surjan las dudas e incluso que la gente opte por no creer

El Dios de Jesús es el Dios que se encarna… es el Dios de lo escondido presente en cada víctima (aunque seamos incapaces de descubrirlo), en el que sufre, en el que colabora con los más desfavorecidos. Nuestra ceguera muchas veces se debe a nuestro afán de quererlo controlar y entender todo. La tentación de buscar a todo respuestas y de querer encontrar explicación a todo desde la razón, solo nos conduce a aumentar nuestra incomprensión, a la cerrazón… Y es que la mente humana es incapaz de dar soluciones a todo y es precisamente en esos momentos en los que especialmente hay que abandonarse y confiar… como Jesús en la Pasión

El Dios de Jesús es el Dios encarnado y escondido… es el Dios Amor que se conmueve ante la tragedia, el dolor… es el Dios Amor que moviliza los corazones para que se pongan en movimiento y sean portadores de consuelo, esperanza y de otras ayudas que necesiten l@s afectad@s.

¿Todavía te preguntas dónde estaba Dios? Estaba y sigue estando… y estará siempre que haya un corazón abierto y dispuesto a amar, a acompañar, a alentar, a colaborar, a responder a las necesidades ajenas… a compartirse
Ahí estaba, está y estará.

1 comentario:

  1. J. Pablo Fdez. de V.18 de mayo de 2015, 14:33

    Gracias por estas reflexiones.
    Pero al leer el tercer párrafo en donde dices: "El problema surge cuando creemos en un 'dios omnipotente'," Y yo me pregunto ¿es un problema aceptar el Credo que comienza con "Creo en Dios Padre Todopoderoso"?
    Tengo serias dificultades para aceptar de verdad el Credo. Pero si además me dices que Dios no es Todopoderoso, que no tengo que creer el Credo... Ya no sé qué creer.

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