¿Alguna vez te has planteado esta pregunta? ¿A qué
conclusiones has llegado? Seguro que la has respondido concretándola en un
estado de vida, en una profesión, en un hacer, en una forma de estar… en un
lugar, en un con quién, en un cómo…
Para descubrir cuál es el sueño que Dios ha pensado para
mí tengo que hacer un viaje a lo más profundo de mi ser. De lo contrario corro
el riesgo de responder con lo que yo “creo” que Él quiere para mí y de mí o con
lo que los otros “esperan o desean” para mí y de mí.
¿Cuál es el sueño de Dios para ti? ¿y para mí? ¿y es que
acaso es distinto lo que sueña para ti que para mí? Su sueño y su deseo para
todos es que nos abramos a su amor, que nos dejemos alcanzar y tocar por su
amor
Y es que cuando nos abrimos para acoger su amor… todo lo
demás se da por si solo: el hacer, el salir al otro, amar y perdonar… dar
fruto… dar la vida por los amigos y por aquellos que no conocemos… incluso el
exponer y arriesgar tu vida por otros
Tan fácil y a la vez tan complicado: “Dejarse alcanzar
por su amor”… Si hay algo que quiebra la cabeza de muchos cristianos es tratar
de responder a la pregunta ¿qué quiere Dios de mí? ¡Y es que se nos ocurren
tantas cosas…! Cuanto más difíciles, nos parece que tienen más valor. Otras son
irrealizables, sacrificadas o exigentes en función de nuestra imagen de “dios”.
El Dios de Jesús es el Dios del Amor y de la Vida… el Dios que desea únicamente
ser uno contigo, alcanzar tu corazón, habitar en ti, llenarte con su amor… el
Dios que te invita a permanecer en su amor porque quiere que su alegría esté en
ti y tu alegría llegue a plenitud
No te preocupes por el cómo… el qué hacer… el dónde… y el
con quién… todo eso vendrá después… se te irá dando cuando sea la ocasión… lo
sabrás… lo sentirás… de eso se encarga Él. Confía porque tendrás a tu alcance en
cada momento los medios que necesites y que más te ayuden a responder a tanto
amor recibido para que su Reino sea
No somos capaces de imaginar lo que Dios puede llegar a
hacer en nuestras vidas si nos dejamos alcanzar y tocar por Él… ¿te anima o te
asusta?... Si Él está contigo y en ti ¿cuál es el miedo, cuáles son tus
resistencias… y tus dudas?
¿Te atreves a emprender esta aventura, a dejarte hacer, a
abandonarte en sus manos y a confiar?
Haz silencio en tu interior, trata de comunicarte con el
Dios de Jesús que mora en ti y permítele que su amor sea. Él te irá mostrando
el camino. Permanece en Él y que nada ni nadie te separe de su Amor. Ten fe y
confía, estás en las mejores manos.
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