Ya me cansé de
escuchar “esto es normal”. Estamos en un momento en nuestra sociedad en la que
casi todo es “normal”. En Honduras es “normal” que las parejas no se casen o se
separen, es “normal” que la gente se mate, es “normal” que haya gente corrupta,
es “normal” que las niñas sean abusadas, es “normal” que tengan su primer hijo
a los 12 o 13 años, es “normal” ser madre soltera, es “normal” que un niño
entre en una mara con 11 años… también consideramos como algo “normal” que las niñas
bailen la música de moda faltándose al respeto y mostrándose como objetos que
pueden ser utilizados, es “normal” ir a la iglesia con falda corta o grandes
escotes o la espalda descubierta, es “normal” llevar un rosario al cuello y
hacer daño al otro, es “normal” comer fuera de casa cuando a duras penas se
llega a fin de mes… pero yo me pregunto
y te invito a que te preguntes: ¿Qué es lo normal? ¿lo que hace la mayoría? ¿lo
que está de moda? ¿lo que la sociedad nos ofrece?... ¿y acaso eso es lo
correcto? ¿me hace bien y hace bien a los demás? ¿en qué medida me edifica y me
ayuda a crecer íntegramente? ¿voy a vivir cosas que considero “normales” o a
considerarlas “normales” porque para los demás también lo son? ¿voy a vivirlas
para que no me excluyan o señalen, para ser aceptado/a y querido/a?
Tenemos que tener
criterios de discernimiento para valorar cada una de nuestras actuaciones en su
momento. No todo lo que consideramos “normal” es bueno ni para mí ni para los
otros/as
Cada vez que te
sorprendas diciendo: “es que esto es lo normal”, “es que es lo que ahora se
lleva”, “es lo que gusta”, “es lo que está de moda”… pregúntate: ¿y para Jesús
eso es “lo normal”? ¿qué te diría? ¿qué sentiría?... ¿por qué es “normal” lo
del mundo y no lo que Jesús ofrece? ¿por qué nos seduce lo que nos hace daño o
nos esclaviza y no lo que nos puede hacer bien y liberar? Jesús vino a romper
con lo que el mundo consideraba “normal” invitando al amor, al respeto a la
vida, a la solidaridad, al perdón, a la honestidad, a la integridad, a la
compasión… Más de dos mil años después seguimos sin entender, seguimos
dejándonos seducir por lo que el mundo nos ofrece y hacemos oídos sordos a lo
que Jesús nos propone. Somos tan brutos que no nos damos cuenta del daño que
nos hacemos y que incluso hacemos a los demás
Ojalá no caigamos
en la tentación de considerar “normal” muchas conductas y actuaciones que no
son adecuadas o correctas y no nos ayudan a crecer como personas.
Ojalá no caigamos
en la tentación de ser permisivos con lo que en la sociedad se considera
“normal” porque puede que evitemos que nos tachen pero estaremos contribuyendo
a que otro/s se pierdan
Ojalá lleguemos un
día a decir : “es normal” que las parejas estén unidas hasta que la muerte les
separe, “es normal” que haya paz en este planeta, “es normal” que la gente se
divierta sanamente, “es normal” que las mujeres se hagan respetar y los hombres
las traten con el respeto que merecen, “es normal” que la gente comparta lo que
es y tiene, “es normal” que la gente sea honesta, “es normal” que el dolor del
otro sea mi dolor, “es normal” que los/as niño/as tengan una infancia feliz,
“es normal” que la gente no guarde rencor, “es normal” que todos puedan cubrir
sus necesidades básicas, “es normal” que todos puedan recibir una educación y
tener un trabajo en el que puedan realizarse, “es normal” que todos nos amemos,
“es normal”… te dejo que este escrito lo termines tú.
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