No terminamos de ser conscientes de a cuantas cosas y personas estamos apegados. Es importante abrir los ojos y estar atentos a todo lo que acontece en el día para descubrir todo aquello que nos ata, cuáles son las manipulaciones de nuestro ego, en qué tenemos que cambiar para comenzar a vivir desde nuestro verdadero yo, desde el amor que somos
Ayer en la
mañana me llamó una de las hondureñas que viven conmigo. Hoy tenía una
presentación, le habían prestado un proyector y como su computadora es antigua,
ocupaba una de versión más reciente porque la suya no tenía conexión para el
proyector. A duras penas le dije que se la prestaría y que en la noche
comprobaríamos si la mía le servía. Analicé el hecho. Me di cuenta de que no
tenía apego a la computadora, al fin y al cabo siempre me han enseñado que lo
que se puede arreglar con dinero tiene fácil solución. Mi apego era a la
información que contenía. De remate me resonaban en mi interior unas palabras
que escuche unas semanas antes de venirme: “Tu ordenador es algo personal, no
lo prestes, utiliza siempre contraseña para que nadie pueda tener acceso al
mismo”. Pensé en bajar toda la información a un USB pero no sé por qué me vino
la historia de Abraham y el sacrificio de su hijo. Se me estaba pidiendo dar
algo de mí, sacrificar, arriesgar algo muy mío… mi ego ya estaba queriendo
defenderse, protegerse, asegurarse… así que lo eché a dormir y decidí arriesgar
para ser desde mi verdadero yo. Mi sorpresa fue la misma que la de Abraham. Al
llegar a casa por la tarde, mi compañera ya había llegado. Rapidito me sacó el
tema. Me comentó que un compañero de trabajo la escuchó mientras me hablaba y
le dijo que él le iba a prestar la computadora. Total que se la llevó. No
necesité prestársela. No tuve que sacrificar a “mi hija”. Al final lo que tuvo
valor fue el gesto de decidirme a dejársela, el optar por ser desde mi
verdadero yo.
Esta tarde lo
compartía con una profesora. Le hablaba de la importancia de estar despiertas
para no dejarnos llevar por nuestro ego orgulloso, miedoso, egoísta… y me
regaló su anécdota del domingo. Compró unas galletitas sin gluten pensando en
ella y su padre. Acá se celebraba el día de la madre así que llegó toda la
familia. En el momento de la comida ella sacó las galletillas y un sobrino
agarró… élla rápidamente le dijo “no, yo te voy a sacar a ti de otras”… tras
decir estas palabras se dio cuenta de la torpeza cometida…
-
¿Cuáles son los enredos con los
que te manipula tu ego para defenderte, para atacar, para sobrevivir…?
-
¿En qué momentos te dejas llevar
por tu ego y no dejas ser al amor?
-
¿A qué te sientes apegado/a? ¿Qué
puedes hacer para liberarte de tus apegos?
-
¿Qué te asusta de vivir desde el
amor que te habita?
La verdadera
felicidad la proporciona el ser desde nuestro centro, desde el amor que vive en
nosotros, desde Dios.
La verdadera
felicidad se experimenta cuando desarrollamos todas nuestras capacidades,
potencialidades y facultades y las ponemos al servicio de los demás
La felicidad
la construimos y experimentamos cada día en la medida que estamos despiertos y
respondemos conscientemente a todo lo que la vida nos presenta.
Anímate… abre
los ojos… descubre tu ser interno… permítele desplegar las alas… y deja que
suceda lo que tenga que pasar.
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