Estos
días, en las representaciones del nacimiento viviente en la Franciscan School
de San Pedro Sula (Honduras), ha habido varias anécdotas. Quiero resaltar dos de ellas en las que los protagonistas han sido un niño y una niña:
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Andre |
- Andre de cinco años vestido de pastor, llegó al pesebre donde estaban sentados José y María y mirando a María le preguntó: “Y tú ¿de dónde vienes, del cielo"
- Rebeca de cuatro años, también pastorcita, después de escuchar a Herodes le dijo: “No hagas eso, eso es malo”
El testimonio de
estos niños me recuerda la contemplación a la que invita San Ignacio en los Ejercicios
Espirituales: Meterse en la escena, ser uno más, oír lo que dicen, ver lo que
hacen y ¿por qué no? participar también en el diálogo.
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Rebeca |
La contemplación se
puede practicar dentro y fuera de la oración pero ¿dónde quedó nuestra
capacidad de contemplar? El ritmo que la sociedad impone y por el que nos
dejamos llevar, nuestros compromisos, nuestra ansia de hacer, de estar en
movimiento y rodeados de ruidos… repercuten en nuestra capacidad de contemplar
y descubrir a Dios en los acontecimientos de cada día
Ser contemplativos
en la acción… lo vivieron y predicaron muchos santos… Recuperemos ese don con
el que nacimos… Que el bello testimonio de Andre y de Rebeca sea una invitación
a estar presentes y atentos para descubrir “su Presencia” en nuestra vida.
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