¡Qué
importante es…! Y es importante porque podemos acabar respondiendo a otros
“dioses” que nos hemos inventado o fabricado fruto de la formación recibida. Si
solo fuera eso, el daño nos lo haríamos nosotros pero el problema es que
prediquemos a otros “dioses” que distan mucho del Dios de Jesús.
Desgraciadamente esto ocurre dentro de nuestra misma iglesia y de parte de
personas que se las tiran de “saber mucho” pero que no tienen experiencia de
Dios

Podemos
caer en la tentación del activismo, de la entrega… para compensar nuestras
faltas, para recibir recompensa, para “salvar nuestra alma”…en definitiva para
agradar no al Amor Incondicional sino a aquel que nos hemos fabricado en la
mente.
El
verdadero discípulo no se preocupa tanto por el hacer sino por lo que tiene que
dejar y si no fíjate en aquellos pescadores que para seguir a Jesús “dejan” las
redes (¿qué te tiene a ti enredad@?), el ciego “deja” el manto y el bastón (¿en
qué seguridades te apoyas?)… Quienes deciden seguir a Jesús no se preocupan
tanto por el hacer sino por lo que tienen que dejar... El joven rico quería
seguir a Jesús pero se dio media vuelta cuando se dio cuenta de que no estaba
en disposición de “dejar”
¿Qué
es aquello que nos impide abrirnos al Amor Incondicional? ¿Qué tenemos que
dejar para acoger en nuestra vida al Amor Incondicional?
El
Amor Incondicional lo único que espera es ser recibido… lo que pueda pasar es
incierto pero solo podrás saberlo si te arriesgas y decides. ¿Te atreves?
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