Semana
Santa, procesiones, viacrucis, celebraciones… todos con la mirada en Cristo
dolorido, quebrantado y sufriente. Podemos sentirnos conmovidos “recordando” lo
que vivió Jesús, podemos conmocionarnos, sentir su sufrimiento pero, ¿qué tanto
llevamos todo eso a la vida?
Cristo
no es pasado… Cristo es presente… Cristo hoy sigue siendo rechazado,
abandonado, humillado, traicionado y tratado injustamente… Juzgamos a Pedro, a
Judas, a Pilato… pero ¿cuántas veces no lo hemos tratado igual?...
Cristo
no es pasado… Cristo es presente… y podemos encontrarlo en quien camina a
nuestro lado, podemos ver su rostro porque no se esconde. ¡Qué fácil mirar a
Cristo en una imagen o en la cruz! pero, ¿cuántas veces desviamos la mirada
cuando vemos a alguien que llora, que está tirado en la calle o que se nos
acerca a pedir algo?
Cristo
no es pasado… Cristo es presente…tal vez nuestras oraciones son bellas y
decimos cosas bonitas, pero poco aterrizadas en la realidad cotidiana. Si
seguimos creyendo en un Dios que está en las nubes difícilmente veremos su
rostro.
Cristo
no es pasado… Cristo es presente… y no se esconde… nosotr@s nos escondemos.
Afortunadamente Él nunca deja de buscarnos y de hacerse presente de mil y una
maneras. Que tengamos el valor de mirarle a los ojos y dejarle ser y hacer en
nosotr@s
Muy cierto Gloria, buscamos el rostro del Señor en las Iglesias, en los hermanos que conocemos y nos olvidamos que podemos encontrar el rostro de Dios en nuestros herman@s indigentes, en aquell@s que nos necesitan y que rechazamos. Interesante y reflexivo artículo Gloria. Gracias por compartir!!
ResponderEliminar