En todo ser humano se da un
continuo conflicto entre:
… nuestros propios deseos, la
búsqueda de aprobación, aceptación, valoración… y el sentirnos uno con los
otros
… buscar mi propio amor, querer
e interés o el amor, querer e interés de Dios
… vivir centrado en mí y vivir
teniendo a Dios como mi centro
... ser agua, luz… o ser el
cauce, transparentar esa luz
Difícil, por no decir imposible,
vivir en libertad, plena y dichosamente desde nuestro yo…
- difícil porque me vivo como una unidad o un ser separado del resto
- difícil porque veo a los demás como actores de un mismo teatro en el que busco la manera de subsistir e incluso sobresalir
- difícil porque siento a los otros como amenazas o personajes a los que puedo manipular para conseguir mis fines

No es tanto el: “Señor ¿qué
puedo hacer por ti?”… sino “Señor, ¿qué te permito hacer en mí?”
Acciones muy santas tienen mucho
de búsqueda personal y poco de respuesta a la voluntad del Ser Supremo, poco de
respuesta a un llamado acogido y atendido en la profundidad del silencio
interior.
¿Me busco o le busco? Solo
estaré poniendo los medios para buscarle en la medida que salga de mi propio
amor, querer e interés
¿ Cómo es posible escribir con esa frescura? Yo no podría. Perdón por el atrevimiento
ResponderEliminar