domingo, 30 de noviembre de 2014

"MIRADAS"



Dicen que de lo que habla nuestra boca es de lo que está lleno nuestro corazón. Así ocurre también con nuestras miradas. Miramos en función de lo que hay en nuestro corazón. Y así hay veces que a través de nuestra mirada expresamos amor, odio, indiferencia, tristeza, enojo, inseguridad, miedo, dureza, paz...
¿Cómo miramos? ¿Qué hay en nuestro corazón?

¿Qué vemos cuando miramos a las personas: lo que hacen, cómo visten, su apariencia física, con quienes se relacionan, en qué ambientes se mueven, cuál es su ideología, cuáles son sus creencias, qué piensan…? ¿Nos quedamos con lo que únicamente ven nuestros ojos físicos, con las ideas que nos hacemos de ellas, o por el contrario sabemos mirar más allá y descubrir su bondad y su belleza interior? ¿Qué obstáculos nos impiden ver a los demás como realmente son: miedo, prejuicios, desconfianza, rencor…? ¿Te has parado a pensar la cantidad de gente interesante a la que no te das la oportunidad de conocer por tu ceguera? ¿A cuántas personas tratas de cambiar porque te incomodan, porque no son o piensan como tú, o porque no te gusta lo que ves en ellas?

El más excelso acto de amor que puedes realizar no es un acto de servicio, sino un acto de contemplación, de visión. Cuando sirves a las personas, lo que haces es ayudar, apoyar, consolar, aliviar su dolor… Cuando las ves en su belleza y bondad interiores, lo que haces es transformar y crear”
Anthony de Mello

¿Qué vemos en los ojos de los demás? ¿Qué nos transmiten con su mirada? ¿Qué sentimientos provoca en nosotros esas miradas? ¿Cómo respondemos?

¿Alguna vez te has detenido a reflexionar sobre la forma de mirar de Jesús? Realmente expresaba con su mirada aquello que habitaba en su corazón. ¿Cómo sientes que Jesús te mira? ¿Qué se despierta en ti ante esa mirada? ¿Qué te dice esa mirada? ¿A qué te invita esa mirada? ¿Cómo respondes?

* Mateo 9, 9. “Jesús vio a Mateo… y le dijo: “Sígueme”. Mateo se levantó y lo siguió”.
¿Qué seguridad y confianza le daría a Mateo esa mirada para dejarlo todo y seguirle?.

Tan solo una mirada… tan solo una palabra… y Mateo responde
¿Nos hemos sentido alguna vez mirados así por Jesús? ¿Nos hemos sentido invitados a través de su mirada de amor incondicional a seguirle, a colocarnos en su bando?
¿Cómo hemos respondido o como respondemos a esa mirada?

* Lucas 22, 61-62. “El Señor se volvió y fijó la mirada en Pedro…”.
Una mirada llena de amor, de ternura, de misericordia… una mirada que descolocó y desbarató a Pedro… ¿Cómo una mirada así después de traicionarle y negarle tres veces?. Y Pedro ante esta mirada se siente pecador, pero pecador perdonado y amado.
A veces nos ocurre como a Judas que, ante la mirada de amor y perdón de Jesús, cerramos nuestro corazón culpabilizándonos y torturándonos, comenzamos a girar en una espiral enredándonos más y más. Lo sano y liberador es acoger esa mirada como Pedro, reconocer nuestra debilidad y fragilidad, y con humildad y renovados: ponernos de nuevo en pie

Jesús…

* Que tu mirada transforme nuestras pobres vidas

* Que nos sintamos mirad@s con ese amor para ver a las personas en su belleza y bondad interior… para seguirte… para amarnos y ser misericordios@s con nosotr@s mism@s

* Que nos llenemos cada vez más de Ti para que seas más Tú en nuestras vidas y de esta manera nuestras palabras y nuestras miradas hablen de amor, de paz, de bondad, de misericordia, de esperanza…                                                                   

Amén



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