martes, 25 de noviembre de 2014

"¿QUIÉN ES PRIMERO?"

¿Amor o apego? ¿Contribuir a la felicidad de los otros o buscar mi propia felicidad?

Cuando en un momento dado aparece el conflicto interno entre contribuir al bienestar de los demás, ayudarles, dar vida o estar con quien deseo ¿a qué o a quién debo dar prioridad? Lo primero es amor, lo segundo es apego

En el discernimiento ignaciano hay una clave para hacer una correcta elección, para saber si algo es del buen o del mal espíritu, y es preguntarnos “¿a dónde me lleva?”

Si quedas con alguien a quien quieres y con quien te gusta estar y surgen otras personas que necesitan tu apoyo, tu consuelo, tu orientación, tu compañía… para mí lo primero son aquellas otras personas... así concibo yo el amor: anteponer a aquellas personas que requieren algo de ti aunque ni siquiera las conozcas, aunque nunca más volvieras a saber de ellas, aunque nunca te agradezcan el tiempo dedicado… anteponerlas sobre tus propios intereses, sobre tu propia satisfacción personal…

Si decides anteponer a aquella persona con la que quieres estar y dejas a un lado a aquellas que te necesitan, puede que creas que eso es amor pero no es así. Amor a uno mismo sí, pero no amor a esa persona, no te engañes ni la engañes. Si deseas vivir desde tu esencia, si quieres dejar a Dios ser en ti: Opta por quienes te necesitan. Y estate tranquil@ porque si la persona con la que te habías citado te ama realmente, va a entender que el encuentro se posponga para otro día. Y ahí no caben las disculpas porque no son necesarias. Cuando se habla el mismo idioma sobran las explicaciones y las justificaciones. Y el amor crece porque se da libertad a la otra persona para que esté donde quiera estar y con quien crea conveniente estar aunque eso suponga prescindir de su presencia. Pero para llegar a esto hay que tener un cierto grado de madurez porque si no surgen los malos entendidos, las reclamaciones, los malestares… Qué bonito si todos entendiéramos y viviéramos el amor incondicional que predicaba Jesús.

Los que te aman si realmente te aman te van a seguir amando así que siéntete libre de todos ellos porque son los que te permiten volar, ser y dar vida. Siempre estarán ahí y nunca se cansarán de esperar.

Sé tú mism@, sé fiel a los deseos más profundos que Dios pone en tu corazón y respóndele con generosidad porque eso es lo que da realmente la felicidad. Y no tengas miedo a perder. Si por ser fiel a tu conciencia, a tu corazón, a tu alma… hay personas que se alejan de ti, tal vez no te amaban y lo que hacían era buscarse a sí mismas a través de ti.

Ser y sentirnos libres respecto a todo/s, ser fieles a nuestra voz interior, danzar al compás de los deseos de Dios… y todo lo demás se nos dará por añadidura. Abramos los brazos para acoger con gratitud lo que venga y seamos generosos y desprendidos para decir adiós a todo/s aquello/s que no nos permiten desplegar nuestras alas.

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