miércoles, 12 de abril de 2017

"EL CUARTO REY MAGO"





“El cuarto rey mago” es el título de una película que pasaron ayer en mi comunidad de “San Lucas”. Habla de un rey mago “Artagán” que pasó la vida buscando a Jesús. Cuando llegó a Belén, José y María ya se habían ido con el Niño. Lo encontró al final de sus días camino ya de la cruz. Llevaba para regalarle un diamante rojo y una perla. En su búsqueda de más de 30 años, regaló el diamante rojo a un soldado para evitar la muerte de un bebé cuando Herodes mandó asesinar a todos los primogénitos varones. La perla se la entregó a un soldado que iba a asesinar a una joven mientras lloraba de dolor. Al mismo tiempo que entregaba la perla que salvaría la vida de la joven, Jesús iba camino de la cruz. Pudiendo haber evitado con la perla la muerte de Jesús, se inclinó por la salvación de la muchacha.
En su lecho de muerte Jesús se encuentra con Artagán. Artagán le pide disculpas, le cuenta que pasó la vida buscándole y llegó demasiado tarde. Jesús le dice: “Me encontraste cada vez que me diste de comer, cada vez que me diste de beber…”. Y es que efectivamente así fue la vida de este cuarto rey mago. Vivió su vida entregada a leprosos y excluidos por la sociedad de su tiempo, olvidándose de sí para entregarse a los demás

Así es nuestra vida, una eterna búsqueda. El problema es que buscamos en lugares confundidos. Y cuando estamos junto a Él no nos percatamos de su presencia. Artagán lo buscaba al principio entre los ricos y los poderosos hasta que alguien le dice que solo se le puede encontrar entre los marginados, entre los despreciados, entre los excluidos.

¿Le buscamos? ¿Dónde?
 ¿Le encontramos? ¿Dónde?
¿En qué actividades, en qué personas, en qué situaciones sentimos su Presencia?
¿Qué actividades, qué personas, que situaciones nos alejan de Él?
No todo lo que es bueno o aparentemente bueno o que creo que no me daña es de Dios, ni me acerca a Dios.
¿Vivimos conscientemente o superficialmente?
¿Vivimos movidos por su Espíritu o por el espíritu del mundo?

El que busca: encuentra. No busques entre los muertos al que vive. No busques en los placeres del mundo al que vive. No busques en el poder, en la fama o en el éxito al que vive. No te canses de buscar y no pierdas el tiempo ni te distraigas buscándolo o tratando de encontrarlo en lugares en los que nunca va a estar, en personas que te pueden alejar de tu sueño, en actividades que llenan parcial y temporalmente tu vacío… Se sabi@. La vida es demasiado corta. Artagán no perdió su vida. Desde muy temprano lo encontró en su darse, en su entregarse, en su salir de sí… lo que pasó fue que no tuvo consciencia de ello hasta el final. Si nosotros no lo buscamos donde está, nunca vamos a tener motivos de alegrarnos por habernos encontrado con él. Sentiremos que perdimos el tiempo, que nuestra vida no tuvo sentido. Todavía estás a tiempo. Busca y encontrarás. Él está vivo y está deseando encontrarse contigo.

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