Dos veces dice Jesús a sus discípulos, en el evangelio de San Lucas, cuando
se encuentran en el monte de los olivos: “Oren para que puedan enfrentar la
prueba”, “levántense y oren…”
Hace un año me puso una monjita una penitencia para hacer frente a una
prueba: levantarme durante un mes seguido a las doce de la noche para orar
durante al menos quince minutos. ¿Qué puedo decir?
Creo en el poder de la oración
Creo que de nosotros depende el poner los
medios para acercarnos más a Él y alejarnos de aquello que nos desorienta
Creo en su amor y en su misericordia
Creo que todo lo puede y que concede todo
lo que le pedimos con fe
Creo que si confiamos solo en nuestras
fuerzas sucumbiremos
Creo que con Él se puede hacer frente a
todo
Si tienes miedo… ora
Si sufres angustia… ora
Si te sientes solo… ora
Si estás preocupado… ora
Si estás desanimado… ora
Si el mal espíritu te acecha… ora
Si te embarga la tristeza… ora
Si estás desolado… ora
Si no sabes para donde… ora
Si estás cansado… ora
Si te sientes impotente… ora
Si nadie te apoya… ora
Si se vuelven contra ti… ora
Si surgen las dudas… ora
Si…
… sin cansarte, sin desfallecer, siempre y
en toda ocasión, tus oraciones son escuchadas. Aunque la respuesta no llegue
tan rápido como desearías… confía y espera y no desistas en tu oración. Nuestro
Padre Dios que nos ama infinita e incondicionalmente sabrá darnos lo que más
nos conviene en cada momento. Él desea lo mejor para nosotros… confía y espera,
ponte en sus manos y déjale hacer aunque no entiendas. Que así sea
No hay comentarios:
Publicar un comentario