jueves, 28 de diciembre de 2017

"EL PUEBLO QUE CAMINABA EN TINIEBLAS VIO UNA LUZ INTENSA"


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Así comienza la primera lectura de la Nochebuena y me sentía bien cuestionada. ¡Cómo necesitamos esa luz! ¡Qué difícil, triste y angustioso vivir en la oscuridad! Peor aún cuando uno ni se da cuenta de que vive en tinieblas y no busca la luz

Llevamos un mes de mucha tensión por los acontecimientos políticos que se están viviendo en Honduras. Hace apenas cuatro días nadie sabía dónde iba a estar para Navidad, qué iba a hacer, con quién se iba a reunir… tras unos días de estar encerrados en las casas, de manifestaciones y tomas de carreteras en las que la tónica era la violencia, de cierre de comercios… casi milagrosamente la situación se estabiliza. No se ha solucionado pero ya todos estamos viviendo como si nada hubiera pasado. Ya no nos acordamos o no queremos acordarnos. E incluso hemos dejado nuestras oraciones por la paz porque creemos haberla conseguido.

Esa noche escuchaba la música de las casas a todo volumen… sonaron cohetes por horas… comida, bebida, fiesta…

Exigimos justicia, nos quejamos de la pobreza, esperamos que otros nos solucionen los problemas… mientras tanto nosotros festejamos… Y se nos olvida qué es lo que realmente celebramos en estos días… El gran acontecimiento de Dios encarnado se nos pasa por alto… no tiene cabida en nuestra fiesta y menos aún en nuestro corazón y en nuestra vida

Definitivamente vivimos en la oscuridad y esto me da una profunda tristeza. Pido a Dios, que se hizo uno como nosotros a través de Jesús, que nos de su luz, que sea nuestro guía, que ilumine nuestros pasos

Para María, Jesús fue su centro, el motivo y la razón de su existir. Que María sea nuestra maestra y nos enseñe a acogerle, a conocerle, a amarle y a seguirle. Y que nos ayude a descubrir que solo Él puede llenar nuestra vida y darle un pleno sentido y felicidad

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