Leía en mi oración el otro día “lo importante no es lo que hay que hacer para convertirse en discípulo
sino lo que hay que dejar”… yo ya hice mi reflexión sobre este tema y quiero invitarte
a que tú también la hagas. ¿Qué tienes que dejar: el orgullo, la soberbia, el
rencor, tus apetencias, tu egoísmo, tus adicciones, tu vanidad, tu odio, tu
narcisismo, tu comodidad, tu pereza…? Pon nombre a eso que “tienes que dejar”
Muchas veces se nos insiste en
el hacer… hacer “para agradar a Dios” dicen unos… hacer “para ganarse el cielo”
dicen otros… hacer “porque Jesús así lo pide” nos enseñan y predican… Y en
realidad ¿qué tan importante es el hacer? ¿acaso el joven rico no hacía muchas
cosas buenas y era buena gente?. Y Jesús le dice “solo te falta una cosa”
Y tú ¿qué tienes que dejar?
¿qué te falta? ¿qué hay en tu corazón que no le está permitiendo a Jesús ser?
En la medida que se produzca
tu conversión interna todo a tu alrededor cambiará porque tú habrás cambiado.
Tus pensamientos serán distintos, tus palabras estarán orientadas al bien, y lo
que hagas tendrá un sentido distinto. Las mismas personas de todos los días y
los mismos lugares frecuentados los percibirás de otra manera.
Si escuchas con atención tu
corazón no podrás resistirte a esta invitación. Escucha como te dice:
Ama como yo amo
Perdona como yo perdono
Ten compasión de tu hermano
porque también es hijo mío
Confía porque no te dejaré ni
te abandonaré
Déjame ser y hacer a través de
ti porque te necesito
No temas porque yo estoy
contigo
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