¡Qué error tan
grande atribuirse el más mínimo éxito!. Ni siquiera controlamos nuestra
respiración, y peor cuando dormimos. Nada podemos, nada somos. Él lo hace todo
en nosotr@s.
Dejar ir… soltar…
cualquier halago, aplauso, felicitación…
Dejar ir… soltar…
cualquier logro, triunfo…
Dejar ir… soltar… el
querer compartir con otros todas nuestras hazañas en favor de otros
Dejar ir… soltar… el
vanagloriarnos de lo que no es obra nuestra
Deseamos amar y
servir pero no hay nada que hagamos que no sea iniciativa y obra suya. Nuestra
tarea es únicamente dejarle ser y hacer… y no apropiarnos de lo que no nos
corresponde porque eso nos “pierde” y nos hace situarnos en el centro,
perdiendo de vista a Dios o poniéndole en segundo plano.
¡Cuántas veces
escucho sobre el deseo de agradar a Dios! ¡Como si hubiera que esforzarse!
Nuestra tarea se limita a abrirnos a su amor y dejarle ser y hacer. “Lo de
Dios” no supone ningún esfuerzo… sale solo, se siente el impulso, se da con
suavidad…
Tenía un mes de no escribir…
“cero inspiración”… Lo he vivido con una gran paz, sé que la obra no es mía. El
Espíritu sopla donde quiere y cuando quiere y sé que actúa en todo y en todos
de muy diferentes maneras. Nadie es indispensable. Estamos temporalmente en
este planeta. Mi esperanza y alegría es saber que seguirá actuando en el mundo
cuando ya no esté y así será siempre
Todo es por El y para El.
ResponderEliminarDios es el Dueño y Señor de todo. Nada ocurre sin que El no lo quiera. A El sea toda la honra el honor y la gloria por siempre.
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