martes, 17 de mayo de 2022

"¿LO INMEDIATO O LO QUE PERMENECE?"

 El otro día en una conversación hablábamos sobre lo que cuesta perseverar, permanecer…

La sociedad del “bienestar” nos conduce a ser cada vez más individualistas, a buscar nuestros propios gustos, a dar respuesta rápida a nuestros deseos, a dar prioridad a nuestros intereses por encima de las necesidades de los otros, a ganar más para consumir más, a dejarnos llevar por nuestras apetencias… Se nos invita a usar y tirar. Mientras me sirve: Genial. Cuando ya no cumple mis expectativas: Lo dejo. Y esto lo vemos a todos los niveles: Relaciones, compromisos, trabajo…

Ha descendido el número de parejas que se casan incluso por lo civil, el “sí” para siempre ya ha quedado anticuado en todas las vocaciones. El servicio o el voluntariado en la iglesia, ONGs y asociaciones se asume, siempre y cuando no nos vaya a quitar mucho tiempo o si es algo puntual

Queremos todo para hoy mejor que para mañana. Buscamos hacer todo rápidamente para que nos quede tiempo para… ¿para qué?.


Frente a este ritmo de lo inmediato, de las prisas, del consumo, del usar y tirar, con que nos seducen los poderes de este mundo, Jesús nos recuerda la importancia del ser, del estar, del permanecer. Dos invitaciones contrapuestas que esperan una respuesta. ¿Quién nos mueve en nuestras decisiones? ¿A quién seguimos?

Permanecer… Dice Jesús que el fruto solo es posible si el sarmiento está unido a la vid pero estar unido a la vid tiene unas implicaciones de constancia, perseverancia, y además supone:

  • Relación que se alimenta y crece en la oración continuada. Santa Teresa recomendaba encarecidamente a sus hermanas por nada del mundo dejar de orar.
  • Ejercicio de virtudes tal y como enseñan los Santos del Carmelo:
    • Vivir desde el amor
    • Sabernos pobres, reconocer que nada poseemos, que nada tenemos, que no somos dueños ni de las personas ni de las cosas y ni siquiera de nuestra propia vida
    • Humildad, obediencia, servicio, entrega hasta el extremo… aunque nos critiquen, nos excluyan, no nos tengan en cuenta… siempre y en todo, en lo grande y en lo pequeño, en lo extraordinario y en lo de todos los días.
    •  

Es más difícil seguir a Jesús porque los frutos no siempre se ven, no son cuantificables, no suponen ingresos, no proporcionan aplausos, no los vamos a llegar a poseer… y de remate el entendimiento ni siquiera es capaz de ser consciente de la magnitud de ellos. Ser tan solo instrumento.

Es un atreverse a ser diferente pero no quedarse en el deseo. Implica perseverancia y constancia, algo que hoy en día no vende pero que en realidad es lo único que da paz y verdadera felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario