viernes, 22 de julio de 2022

“EL CORAZÓN EMBOTADO”

 

“Oirás sin entender, mirarás sin ver, porque está embotado el corazón”. Mateo 13, 10-17

¡Cuántas veces nos sucede!. Ponemos el piloto automático y no somos conscientes de Su Presencia, de lo que nos dice en lo que nos sucede, en lo que hacemos…

El corazón puede estar embotado de muchas cosas: Proyectos, preocupaciones, inquietudes, rencores, quejas, enojos, apegos, trabajo, tristeza, odio, deseos…Cuánto más lleno de todo “eso” menos espacio para Él, menos capacidad de descubrirle

Y es que para poder entender, ver, es necesario vaciar el corazón. Pedimos milagros pero nos resistimos a soltar todo aquello que los está impidiendo

Embotado el corazón no nos damos la oportunidad de abrirnos a la novedad, a la sorpresa… de ser libres, de ser felices

El tan de moda “estrés” no es sino la consecuencia de tener lleno el corazón  de todo aquello que roba paz y libertad

Difícilmente se puede producir el encuentro con el Señor si nuestro corazón está embotado pero también es cierto que para Él nada hay imposible. Tras la muerte de Jesús, el corazón de María Magdalena estaba lleno (embotado) de tristeza, dolor, incomprensión, impotencia, frustración, tal vez rabia… pero todo eso no fue impedimento para que se produjera el encuentro. El Señor puede vencer todas esas barreras y trabas que ponemos para encontrarse con nosotros si así es nuestro deseo

Un encuentro que es capaz de transformar la desolación en consolación

Un encuentro que abre los oídos, que cambia la mirada, que despierta el entendimiento

Un encuentro que reaviva la esperanza, pone en camino y empuja a la misión

En definitiva: Un encuentro que produce un despertar dando un nuevo sentido a la vida

¿Cómo está tu corazón?

¿Crees que Él quiere encontrarse contigo y es posible “a pesar de…”?

Hoy puede ser el día

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