jueves, 28 de julio de 2022

"Y AHORA… EL CORAZÓN INQUIETO”

 

Anoche resonó una frase en mi corazón que la he leído y escuchado muchas veces. “Nos hiciste para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”. San Agustín. Me habló de forma distinta, de la quietud o inquietud interior como criterio de discernimiento para descubrir que es aquello para lo que nuestro corazón está hecho.

Muchas veces el corazón está inquieto porque pone su foco de atención en la actividad, en las distracciones, en terminar pronto o hacerlo todo perfecto, en las preocupaciones o problemas, en responder a la voluntad de Dios…

Cada uno sabe qué provoca que su corazón esté inquieto.

  • ¿Son los demás, la sociedad, las cosas, los acontecimientos, el lugar, el trabajo, la situación económica…los responsables de mi falta de quietud?. 
  • ¿A dónde necesito ir o qué necesito hacer para que mi corazón se aquiete?
  • ¿Qué debo conquistar, tener, para que mi corazón descanse?

"Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso". Mateo 11, 28

"Marta, Marta, tú andas preocupada y te pierdes en mil cosas: una sola es necesaria. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada.". Lucas 10, 41-42

La quietud no entendida como estar sin hacer nada o de brazos cruzados, sino experimentada al saberse y sentirse dentro de un Misterio y a la vez habitado por Él. Un Misterio que transforma la mirada y la vida, que invita a la confianza y a la esperanza, que acoge, abraza y sostiene, que acepta y ama incondicionalmente.

Se puede estar haciendo y sirviendo en obras muy santas, o dedicar largos ratos a la oración y a los rezos pero ello no determinará la quietud o inquietud del corazón.

Tal vez esto parezca un trabalenguas, sé lo que quiero decir pero no sé si termino de explicarme. En el fondo es un Misterio y como tal no hay palabras que puedan describirlo. 

No hay que correr, caer en el activismo, angustiarnos por la falta de éxito, demostrar algo a alguien… Nuestro corazón solo descansa en ese Misterio y a eso estamos invitados.

1 comentario:

  1. El eterno pleito de dejar mi yo para que habite El, eso no me permite aquietarme

    ResponderEliminar