“Danos una señal”, “Queremos un milagro tuyo”… Puede que como en aquel entonces, también exijamos a nuestro “dios” particular aquello que queremos o creemos necesitar. Como si su Palabra, su Presencia en los otros, en la comunidad, en los acontecimientos y en los Sacramentos no fueran suficiente señal o milagro
Quizás
no es una señal lo que realmente ocupamos sino estar más atentos a lo que
vemos, escuchamos, vivimos… porque este Dios en el que creemos, este Jesús a
quien hemos conocido:
- No es historia pasada, es presente, es Presencia real hoy, aquí y ahora…
- No es una idea, es Alguien
Danos
Señor, no una señal ni un milagro, sino:
- La capacidad de leer y discernir todo lo que nos pasa
- El don de poderte ver y encontrar en todo, incluso en las situaciones más adversas
- La confianza de sabernos en buenas manos aunque a veces no entendamos tus formas o caminos
¿Hay
mayor señal o milagro que el amor’
- La señal, demandada y esperada, es el amor
- El milagro:
- Solo es posible si hay amor
- Eres tú cuando vives, orientas tu vida, tomas decisiones, te relacionas con otros, desde el amor
¿Somos
capaces de reconocer el amor que nos rodea y nos habita?
Donde
hay amor está Dios
Lo
que nos habla de amor es de Dios
No hay comentarios:
Publicar un comentario