De
vez en cuando alguien me dice que rece por la situación que está viviendo. Creo
en la oración de intercesión porque es una forma de amar a aquellos a quienes
les deseas lo mejor.
¡Cuánto
dolor y sufrimiento hay en el mundo!. ¡Cuánto dolor y sufrimiento podríamos
evitarnos o evitar a otros!. Nos movemos de un lado para otro, seguimos
funcionando como si nada pasase, sonreímos, decimos que todo está bien cuando
nos preguntan, pero en el interior de muchos se está librando una fuerte
batalla.
Me
acuerdo de la niña del otro día, es necesario estirar el brazo y pedir la ayuda
necesaria a quien solo puede dárnosla. Pero también el bueno de Pedro nos habla
cuando ahogándose y viendo su pequeñez, pide auxilio a su querido Jesús. En
definitiva… fijar la mirada en quien es nuestra paz, en quien nos sostiene y
provee, en quien nos ama más allá de cómo nos vayan las cosas.
Qué
dulces las palabras de Jesús cuando dice: “Venid
a mí los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré”. ¿Quién sino
Él?. Se nos recuerda en el salmo 23: “El
Señor es mi pastor nada me falta… nada temo porque Él va conmigo…”. Y mi
querida Santa Teresa insistía en no turbarnos, en no espantarnos, porque quien
a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta. Bienaventurados... felices... dichosos...
Pero
si con todo, las palabras y oraciones solo quedan a nivel de la cabeza y no
llegan a tocar el corazón porque está lleno de demasiadas preocupaciones, solo
cabe la rendición total. Abandonarse en el amor y la misericordia del Señor. Abandonarse
en un profundo acto de fe que confía sin ver y sin entender. Y expresarle con
palabras nuestros deseos más profundos. Esta noche en la Eucaristía una canción,
que tantas veces he escuchado y cantado, parecía reflejar lo que más anhelo en
este momento, seguro que a ti también te habla. Me quedo con la primera parte y
te la comparto para que te sirva como oración antes de terminar el día.
Cerca de Ti, Señor, yo quiero estar.
Tu grande y tierno amor quiero gozar.
Llena mi pobre ser, limpia mi corazón.
Hazme tu rostro ver en la aflicción.
Mi pobre corazón inquieto está.
Por esta vida voy buscando paz.
Más solo Tú, Señor, la paz me puedes
dar.
Cerca de Ti, Señor, yo quiero estar.
Hola querida Gloria tiempo sin verle .Gracias por estos textos tan lindos .le comparto que termine perseverancia 1 ,por gracia de Dios una gran bendicion.Gracias por su acompañamiento espiritual.un fuerte 🤗. RECORDÁNDOLE CON MUCHO CARIÑO. DIOS LE BENDIGA.
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