Llevo
días dando vueltas a eso del “valer” y cómo en este momento se considera
valiosa a la persona que “hace” (cuanto más haces más valioso eres). Es así
como vamos deformando la imagen de Dios al proyectar nuestras propias ideas.
Acabamos convenciéndonos de que para Él valemos si hacemos. Conclusión: Hay que
hacer, hay que estar comprometido porque de eso va a depender mi valía y el
amor que Dios me va a tener. Y si por tiempos se ha adorado al “dios”
justiciero, ante el que había que ofrecer sacrificios y someterse a penitencias
(un “dios” todavía enquistado en muchos corazones), hoy prima el “dios” del
“hacer”, de las obras… Condicionamos el amor de Dios a nuestro esfuerzo cuando
es totalmente gratuito. Por eso nos cuesta acogerlo, porque no nos terminamos
de creer que Alguien pueda amarnos simple y llanamente por ser quienes somos,
por estar como estamos.
Hoy
me encontré con alguien al que hacía más de una semana que no veía. Casi a
diario nos cruzamos pero rara vez intercambiamos una palabra. Lo más curioso es
que le quiero mucho y creo que él también a mí. Estaba preocupada, pensé que le
habría pasado algo, y como tantas otras veces no me equivoqué. Se me alegró el
corazón cuando le volví a ver y no pude evitar expresárselo con palabras y con
un abrazo. Cuando caminaba de regreso a casa me preguntaba: ¿Por qué le quiero
tanto?. ¿Qué valor tiene esta persona para mí?. Y llegué a la conclusión de que
no quiero a las personas por lo que valen, sino que para mí son valiosas porque
las quiero. Así entiendo el amor de Dios por nosotros. No valemos para Él o nos
ama por lo que hacemos, sino que “porque nos ama somos valiosos, especiales e
importantes para Él”. Y como no: “También se alegra de encontrarse con nosotros”.
Esas
personas “descartadas” o “desechadas” por la sociedad porque “no son
productivas”, “son una carga”, “no hacen nada”… estoy segura de que para quien
las quiere, son valiosas. Y aunque nadie las quisiera, el Señor sí las quiere y
para Él todas son valiosas, importantes, especiales, únicas…
Nos
distanciamos de las personas porque tomamos caminos diferentes pero a veces hay
quien se aleja porque ya no te considera valioso, ya no saca provecho de ti, ya
no satisfaces sus necesidades. Si es éste el caso, no te lamentes, nunca te
quisieron. Para quien realmente te quiere: Siempre serás valioso,
independientemente de lo que hagas, de donde estés, de que no te comuniques…
Siempre se alegrará de tu bien… Siempre te acogerá, te perdonará… Siempre
estará esperándote y dispuesto para acompañarte, levantarte…
“Jesús no espera de ti que lo hagas
todo perfecto, ni que hagas grandes hazañas… confía en su amor y espera todo de
Él” –
Mensaje de whatsapp de hoy del grupo Lluvia de Rosas – Comunidad “Santa Teresa
de Jesús” de Carmelitas Descalzos Seglares de Madrid – Plaza de España.
¿Casualidad o providencia?
Asi es, tristemente cuando valoramos el trabajo, lo que hacemos según el beneficio económico que representa entramos en una espiral de EGO AMBICIÓN que nunca acaba, cuando trabajamos o hacemos desde el YO ALMA podemos ser presencia de Dios
ResponderEliminarSólo el amor mantiene y sostiene. Gracias Gloria.
ResponderEliminarGracias Gloria por su apoyo,compañía y amistad,por apoyarnos en la formación de los profesores y estudiantes en el Instituto Copantl.
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