¿Cuántas veces hemos implorado ayuda a Dios como el
buen ladrón crucificado junto a Jesús?. En lo personal no recuerdo que alguna
súplica haya dejado de ser escuchada y respondida. Un grito a veces profundo
expresado a un Dios débil, frágil… a un Dios que se abaja y se hace pequeño, que
está herido, golpeado, que está clavado en la cruz… a un Dios que siempre
escucha, que cuida, que provee, que va haciendo su obra, que lleva de la mano…
Porque siempre necesitaremos esa mano, porque siempre seremos dependientes, pequeños,
frágiles… ¡Pobres de nosotros si no nos vemos así!. ¡Pobres de nosotros si
creemos que todo lo podemos y que por nuestros propios medios conseguiremos lo
que nos propongamos!. ¡Pobres de nosotros si creemos que tenemos el control de
algo!.
Al escuchar ese “acuérdate
de mí” me viene la imagen de la niña que aquel día estaba sentada en el
bordillo y estiró el brazo a su madre que se acercó a darle la mano para
ayudarle a levantarse. Qué importante tener la humildad de reconocerse
chiquito, de pedir ayuda, de confiar en esa Presencia, en esa Mano que nos
tomará para llevarnos a... ¡Cuántas veces he expresado con éstas u otras
palabras mi necesidad!. ¡Cuántas veces he pedido ser rescatada de situaciones
que me asfixiaban, que me quitaban vida!.
Revisando mi historia solo puedo dar gracias por
tantas veces que mis peticiones han sido escuchadas, porque su misericordia ha
salido siempre a mi encuentro, por guardarme en su corazón, por ir
transformando mi vida, por tanto amor manifestado de tantas maneras, porque le
importo, porque me sigue llevando aunque a veces no entienda su forma o sus
caminos me parezcan extraños, por siempre tenderme la mano.
“Hoy
estarás conmigo”. Este Dios en el que creemos
está pendiente, escucha. La respuesta siempre llega en su momento, cuando lo
considera mejor, de la manera que cree más conveniente.
Está, estará conmigo… Hoy, mañana, pasado… Cada día
de una forma, respondiendo de maneras distintas, haciendo sentir su amor y su
misericordia a través de los acontecimientos y de las personas… En la
dificultad, en la prueba, en la angustia pero también en la alegría, en los
éxitos. Conoce el dolor, el sufrimiento, las heridas de nuestro corazón, la
debilidad y fragilidad humana, la miseria…
Ese “Hoy
estarás conmigo” nos habla de su compañía, de su cercanía, de su
preocupación por cada uno… de su
Presencia permanente. Y ante todo eso solo cabe el abandono (porque estamos en
buenas manos) y la confianza ciega y sin límites (porque quien es la Verdad no
puede dejar sin cumplir sus palabras y promesas).
Amén y amén 🙏
ResponderEliminarSaludos querida Gloria 💐💖
Que aliviada me siento en las manos de Jesús que siempre esta a mi encuentro,muchas gracias Gloris
ResponderEliminarSaludos y un fuerte abrazo querida amiga.
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