En la vida nos vemos sorprendidos por retos, experiencias,
situaciones, que escapan a nuestro control, que son superiores a nuestras
fuerzas o capacidades, ante las que nos sentimos muy chiquititos, muy poca
cosa, impotentes.
He vivido cosas “muy densas” y siempre he visto la mano del Señor
sosteniéndome en medio de ellas, o fortaleciéndome, o consolándome, o incluso
obrando. Pero la verdad es que nunca como ahora me ha tocado enfrentarme con
algo que me ha hecho sentir tan poca cosa y tan incapaz, y a la vez tan
necesitada. Y en medio de ello solo me ha quedado abandonarme en Él cada día
expresándole mi pequeñez y confiando en su gracia. También me ha hecho caer en
la cuenta de todas las veces que he creído que los frutos recogidos eran obra
de mi esfuerzo, de mis cualidades, de mis virtudes… ¡Qué confundida andaba!. ¡Y
encima me vanagloriaba de ello!.
El Señor no nos pide algo que no podamos hacer, no espera grandes
hazañas. Nadie mejor que Él conoces nuestras cualidades, nuestras aptitudes,
nuestros límites… Sabe hasta dónde podemos llegar y cuánto tenemos en nuestro
haber para ofrecer. Quizás por eso se aprovecha de todo eso que escapa a
nuestro control y nos ahoga. ¿Qué queda entonces?. ¿Huimos?. ¿Nos enfrentamos
poniendo todo de nuestra parte para demostrarnos y demostrar a los demás que
podemos?. Esta vez he optado por abandonarme y confiar en Él, en su gracia,
reconociendo, aceptando y ofreciendo mi pequeñez para dejarle ser y hacer.
El Señor solo puede actuar cuando reconocemos y confesamos nuestra
pequeñez, nuestra miseria, nuestra poca cosa, nuestro no poder, no valer, no
ser capaces de… Ahí es cuando Él obra y realiza milagros.
Aceptar nuestra nada y dejar obrar al TODO que sólo nos pide que
le amemos en las personas concretas que ha puesto en este momento delante (agradables
y no tanto) y en esa realidad (difícil o no) que estamos viviendo, del resto se
encarga Él si esa es nuestra fe y nuestra confianza, si en Él ponemos nuestra
esperanza.
Amén
ResponderEliminarPrecioso¡¡¡
ResponderEliminarGracias Señor por la fuerza que me das y gracias por siempre estar... te amo!
ResponderEliminarGracias por ayudarme a comprender este Bendito Misterio!
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