Hace unas
semanas, una mujer de 30 años me decía entre lágrimas: “No me valoran en mi
familia, tampoco en mi trabajo pese a que me esfuerzo y trato de hacerlo lo
mejor posible… y vengo al colegio y los profesores tampoco me valoran”. Todo
esto le producía un profundo dolor. Tras escucharle le dije: “Que no le valoren
no quiere decir que usted no valga. Simple y sencillamente “a usted no la han
visto”". Me quedó mirando con cara de no entender y le puse un ejemplo, el más
reciente. Le expliqué que en febrero había comenzado a trabajar en un colegio,
que inicié con gran ilusión queriendo aportar de mi todo lo que se y soy pero
que “no me vieron” así que, tras tres meses, tomé la decisión de salir. Porque
no me vieron me encontré solo con puertas cerradas que me impedían hacer y desplegar
mis alas. El alma necesita expresarse y encontrar dónde poder ser. No se trata
de luchar contra lo imposible sino de abrir caminos por donde es posible.
Tú y yo hemos
pasado por esto, por “no ser vistos”. Lo importante es que reconozcamos quienes
somos y cuánto valemos para que no nos afecte el que los otros “puedan o no
vernos”
Y es que no
todos tenemos esa capacidad de ver más allá de lo que son capaces de alcanzar
nuestros ojos físicos. Cuando miramos más allá… “entonces vemos”… y descubrimos
la belleza real de las personas con todas sus potencialidades, capacidades,
fortalezas y virtudes.
Ese don lo
tenía Jesús… el de “ver”… A ti y a mí hace tiempo que Jesús nos vio igual que “vio
a Mateo” y a tantos otros. Cuando “vio a Mateo” vio más allá de su apariencia
física, de su profesión o de sus pecados. Lo mismo contigo y conmigo. Él sabe
vernos, mirarnos… hasta el punto de conocernos mejor que nosotros mismos.
Cuando sientas
que otros “no te ven” porque no te tienen en cuenta, porque critican lo que
haces, porque te hacen a un lado…y cuestionan tus proyectos, o quieren
amarrarte o cortarte las alas… mantén la calma, cierra tus ojos y haz silencio
en tu interior a la vez que dejas que la mirada de amor de Jesús llene todo tu
ser. El hace tiempo que te vio, te sigue viendo… y te invita a seguirle… es a
Él a quien tienes que seguir… no gastes tiempo ni energía en tratar de agradar
a quienes “no te ven”, o en tratar de convencerles de tu valor porque no
estamos acá para demostrar a los demás nuestro valor… si no nos ven es porque
están ciegos
Para Jesús
eres de infinito valor así que continúa caminando y no te desanimes. Mantén la
esperanza de que si crees en Él y en el gran amor que te tiene, y te dejas
llevar… llegarás a realizar las obras que Él mismo hizo. Abandónate y confía.
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