La realidad es que, aunque tu
percepción sea de estar a años luz de Él, Él está más cerca de lo que imaginas.
Se encuentra tan cerca, que está en ti. El Padre está en ti.
Ahí está… en lo más profundo de tu
ser
Ahí está y espera con paciencia que
vuelvas tu vida a Él, que le escuches…
Ahí está y quiere amarte y ayudarte
a liberarte de apegos, afectos desordenados, pecados… que te esclavizan
impidiéndote ser
Ahí está y te contempla con dulzura
en todo momento, sin juzgarte por tus faltas o errores, por tus idas y venidas,
por tus dudas y miedos…
Su Presencia en ti es
incondicional. Él no se aleja. Sigue estando. Créelo así, acalla tus ruidos
internos y baja a tu corazón… para encontrarte con Él… para escuchar lo que
quiere decirte.
No le
busques fuera. El Padre está en ti.
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