“AMAR A JESÚS”

Por tres veces cuestiona Jesús a Pedro su amor por Él. Pedro con firmeza, responde en las tres ocasiones: “Sí, Señor, tú sabes que te amo”. Jesús le pregunta pero sabe la respuesta, solo quiere que Pedro se cuestione. Pedro cae en la cuenta de lo poco fiel que fue su amor a Jesús antes de la muerte de éste… pero ahora algo ha cambiado y está dispuesto a todo por Aquel que dio su vida por él.

Y tú ¿le amas?. Imagínate a Jesús sentado frente a ti y cuestionándote sobre tu amor por Él.

Amar es apostarlo todo y renunciar a todo por el amor

Amar es confiar a ciegas sin saber lo que vendrá después

Amar es embarcarse en una aventura incierta

Amar es una decisión personal, libre, valiente porque implica soltar las seguridades y salir de la zona de confort

Amar es abrirse a nuevas experiencias, nuevas realidades, nuevas oportunidades, nuevas personas

Amar es vivir desde lo que somos

Y tú ¿le amas?... ¿realmente le amas?... responde con sinceridad a estas preguntas para que descubras tu verdad: ¿eres capaz de dejar ir tu apego a ciertas cosas o al dinero?, ¿eres capaz de dejar ir a esa persona que está en tu vida y no te permite crecer?, ¿eres capaz de renunciar a lo que te da seguridad o a lo que te mantiene cómod@?, ¿podrías dejar ese cargo o ese trabajo o ese compromiso o ese grupo?, ¿renunciarías a ese don o a esa cualidad?, ¿puedes ser libre respecto a tu apariencia física o tu salud?, ¿estás dispuest@ a dejar ir a esa persona a la que quieres para que siga su camino?... Si se te pidiera alguno de estos “tesoros” ¿cuál sería tu respuesta?

Y tú ¿le amas?

Si la respuesta es “sí”, enhorabuena, a mí me falta mucho todavía por recorrer y por aprender.

Si la respuesta es “no” recordemos algo muy importante: “Él nos ama incondicionalmente, así como somos, con nuestras grietas y defectos. Y nunca, nunca, nunca se cansará de amarnos”

Nuestro amor al Amor no debe ser un compromiso, ni una respuesta obligada

Nuestro amor al Amor es un continuo acto de desprendimiento, de abandono, de ir abriendo las manos, de confianza y en definitiva: es el camino de nuestra felicidad.