¿Qué
obstáculos o resistencias hay en tu vida a amar? ¿Alguna vez te lo has
preguntado? ¿El miedo, el orgullo, la soberbia, tu propia imagen, tus heridas,
el rencor, las preocupaciones, los prejuicios, la comodidad…?
Tal
vez te afanas en hacer muchas cosas… y además cosas buenas y santas… y quizás
eres admirad@, aplaudid@ por tu buen y tanto hacer pero… ¿qué nota te pones en
el amor?. Porque ¿de qué te sirve hacer y hacer y estar todo el día haciendo
hasta caer agotad@ si el amor estuvo ausente en tu vida?
En
una sociedad en la que se valora más el hacer y el ser productivo… el valor del
amor y del ser queda olvidado. Y podemos dejarnos llevar por la tentación del
rendir, a la vez que descuidamos lo más importante
¿De
qué sirve cosechar premios, títulos, aplausos, halagos… si no amé?
¡Qué
vacías nuestras acciones cuando no nacen del amor sino de una búsqueda de
satisfacción de nuestras necesidades!
¿De
qué sirve afanarse en el hacer si nuestras vidas siguen huecas?
¿Por
qué no nos preocupamos más por amar… por qué no atendemos la calidad y calidez
de nuestras relaciones con aquellos con quienes compartimos a lo largo del día?
¿Qué
nota podríamos ponernos en respeto al otro, capacidad de escucha, aceptación,
generosidad, compasión, misericordia...?
La
materia más importante y a la vez más olvidada es la del AMOR. ¿A qué esperamos
para hacerla el centro de nuestra vida?
Hoy
nos da otra vez la vida… el ayer ya pasó… Un día más para poder amar. No
perdamos más tiempo y hagamos realidad el sueño de Dios para el cual nos creó…
“AMAR COMO ÉL NOS AMÓ Y NOS SIGUE AMANDO”
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