Así se nos recuerda en la Carta a los Corintios y José Luis Perales plasmó
esta bella enseñanza en una bonita melodía. Y así es Dios, Amor que no pide
nada… Amor que nos quiere felices. Pero esta felicidad solo es posible si
encaminamos nuestra vida al propósito de nuestra existencia, al fin para el que
fuimos creados, a lo único que puede darnos sentido: Amar y Servir
Solo el corazón que se da sin límites y sin reservas, como el de la pobre
viuda, es un corazón libre
Solo el corazón que se da sin medir, generosamente y sin anteponer
caprichos, intereses, gustos, apariencias… puede ser feliz
Solo hay un camino que nos hace felices: Vaciarnos de nosotros, de nuestros
quereres para responder a las necesidades de los otros. Esto nos hace más
humanos, más personas y va ensanchando nuestro corazón
Él no nos pide nada… nos quiere felices pero sólo hay un medio para serlo…
DARNOS, entregar ese tesoro que es nuestra vida y que ni siquiera nos pertenece
“El que pierda su vida la encontrará” dijo Jesús. El camino: Amar y Servir.
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