“El sábado se hizo para
el hombre y no el hombre para el sábado”. Hay tradiciones, ritos, costumbres en
nuestra Iglesia que comenzaron siendo medios o instrumentos de encuentro
personal con Dios, medios para servirle más y mejor, medios para amarlo y
seguirlo pero algunos de ellos los hemos llegado a convertir en fines y nos
hemos olvidado de lo esencial
Cuando una tradición,
rito, costumbre… lo convertimos en Absoluto, pasa a ser un ídolo. En este caso
somos como los fariseos:
- Los imponemos a los otros como cargas pesadas cuando ni siquiera nosotros sabemos por qué los seguimos o cumplimos
- Nos creemos con el derecho a juzgar a aquellos que no participan de lo que creemos que es correcto
-
Nuestra
conciencia tranquila porque “nosotros sí que cumplimos”
“El sábado se hizo
para el hombre…”. Las cosas han sido creadas para que nos sirvamos de ellas,
para que las utilicemos en la medida que nos ayuden a acercarnos y encontrarnos
con Dios, servirle más y mejor. Si la “cosa” en cuestión, por muy santa que
parezca, no me lleva a ese fin… ¿qué tan libre soy para dejarla?. Aprendamos de
la autoridad y la libertad de Jesús para reconocer su centro y responder en
cada momento a la voluntad del Padre… para escoger y discernir lo que más nos
lleva a amar y servir… para no hacer de los medios nuestros fines… para no
echar cargas a los otros… Que así sea
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