domingo, 10 de abril de 2022

“UNA IMAGEN”


No sé si alguna vez has participado en la dinámica de salir al campo y escoger algo que se identifique contigo. La consigna es: “No elegirlo sino dejar que “la cosa” te elija”. Se trata de no pensar, tan solo de contemplar… no obsesionarse con encontrar algo sino disfrutar de lo que se mira… cuando te relajas, cuando vas sin expectativas, es cuando algo te atrapa, algo consigue llamar tu atención y hablarte.

Pues bien, te cuento esto para compartirte la siguiente anécdota. Entre sus consejos para orar, Santa Teresa recomienda contemplar un cuadro o una imagen de Jesús, especialmente de su rostro. Parece algo sencillo pero no lo es. Yo sí que hace tiempo me puse a la búsqueda y hay imágenes que me hablan más que otras pero hasta este momento ninguna había conseguido conquistarme. Internet, librerías… y nada. Unas muy dulzonas, las otras muy divinas… No me dan ninguna devoción, no siento empatía con ellas, no me inspiran la oración.

Hace tiempo que dejé de buscar y lo encontré. Visité con una amiga la capilla donde está enterrado San Juan de la Cruz, y junto a esa capilla hay otra en la que tan solo hay un cuadro, el cuadro ante el que oraba este santo. Me quedé muda, no sé el rato que permanecimos allá… en silencio, tan solo contemplando. Ahí estaba la imagen que tanto tiempo he estado buscando, la imagen que me hablaba hasta acallar mi pensamiento, la imagen que atrapaba todo mi ser. Cuando salimos de la capilla pensé en buscarla en internet, imprimirla, plastificarla…

Regresé a casa, encontré la imagen, la puse de perfil de whatsapp y… me escribe una religiosa Carmelita de San José hondureña diciéndome que tiene un cuadro con esa imagen para mí. Algunos dirán: “¡Qué casualidad!”. A mí se me hacen agua los ojos, me sonrío del guiño que me ha hecho el Señor y doy las gracias por tanto y todo. Vive, sigue actuando… y hablando. Más allá del hecho externo providencial hay todo un mensaje encerrado que guardo en mi corazón.

Ya tengo el cuadro en mi cuarto. A ella se lo regalaron y pensó en que yo sería la destinataria final. Así tenía que ser, así fue. Lo más gracioso fue lo que me dijo: “A mí esa imagen no me dice nada pero no crea que se lo doy porque a mí no me guste”. Es bien divertida y muy sincera. Gracias Blanca


1 comentario:

  1. Qué caprichos tiene el corazón para encontrar el consuelo!!
    Gracias por compartir tu historia!

    ResponderEliminar