Tal vez sea uno de los retos de este
siglo el "estar en el mundo sin ser del mundo".
No es fácil porque nos vemos abrumados
por infinidad de seducciones que nos ofrecen bienestar, poder, éxito, placer…
No es fácil porque supone ir
contracorriente, no dejarse llevar por lo que dice o hace la mayoría. Implica
tener un criterio de discernimiento acorde a los valores del Evangelio.
Conlleva ser mal vistos, criticados, ignorados, incomprendidos o incluso
atacados
Este camino ya lo han recorrido otros.
Muchos de ellos eran personas sencillas que han pasado desapercibidas, que no
están en los altares, pero que han sido un gran testimonio para los hombres y
mujeres de su tiempo.
Hoy también somos invitados a vivir de
forma diferente a como establecen los poderes de este mundo y la sociedad de
consumo, a no dejarnos llevar por la gran masa que se mueve sin
criterios, sin horizonte claro o respondiendo a sus gustos o apetencias. Todo
un proyecto, toda una misión, todo un reto.
👍
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