Seguramente todos hemos ido a una celebración a la
que nos han invitado y, hemos ido bien arregladitos, con un traje un tanto
especial o al menos distinto del habitual. Tal vez la música y la comida, la
ropa y el maquillaje, nos han ayudado a olvidar o al menos a enmascarar por un
rato lo que había en nuestro interior
Resulta que Jesús sale a las calles para invitarnos también a un banquete, no sin antes ponernos un traje de fiesta. Y en el camino se encuentra con varios tipos de personas Mateo 22, 1-14:
- Los que buscan justificaciones para no acudir (porque se creen autosuficientes, porque no necesitan esa clase de fiestas, porque son muy selectivos en sus relaciones, porque…
- Los prefieren quedarse encerrados en sus culpas, en sus errores, en su miseria y no se creen dignos de amor gratuito y por eso no lo aceptan
- Los que, siendo conscientes de su miseria, con humildad reciben el traje de fiesta y entran a participar de la fiesta
Un buen día uno no se puso el traje, logró
esquivar todas las miradas y se coló pero no tardó en ser descubierto. Así
sucede hoy también cuando enfocada la mirada en la miseria propia, se rechaza y
no se acoge la dignidad de Hijos Amados del anfitrión de la fiesta (Vamos a la
fiesta sin el traje que se nos ofrece. Nos amargamos porque no tenemos qué
celebrar)
Al banquete se entra con la miseria y con el traje
de fiesta, y no se pueden separar de la misma forma que la cizaña no se puede
separar del trigo. Es una realidad que hay que acoger y con la que de nada
sirve pelear. Y cuando la convivencia se haga insoportable, será momento de
recordar el motivo de la fiesta que permite que esto pueda vivirse con paz y
agradecimiento: La misericordia.
Pero no queda todo aquí. Ezequiel 37, 1-14. Sale a buscarnos, nos rescata sacándonos de
nuestra miseria, nos recuerda la dignidad de Hij@s Amad@s “a pesar de” nuestro
historial, y por su gran misericordia
nos confía una misión. Y entonces aparecen las dudas: ¿Cómo Alguien que me
conoce tanto me puede confiar una misión? ¿Acaso no hay otras personas mejores
o más preparadas?... Podría continuar con las preguntas pero solo hay una
respuesta a todas ellas: Únicamente Alguien que ama con locura es capaz de…
- Perdonar hasta setenta veces siete
- Acoger al ser humano con todo lo que es y tiene en su haber
- Ofrecer un proyecto que tenemos libertad de acoger o rechazar
Ante un Amor así ¿Vamos a dejar de ir a la fiesta?
¿Seremos capaces de irnos al terminar la fiesta y olvidar lo que ocurrió? ¿Cómo
poder responder a tanto amor?
“Demos gracias al Señor,
porque es eterna su misericordia”. Salmo 106
Nuestro Dios sí que es bueno. Porque llama al que el quiere sanar y salvar.
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