“CADA UNO TIENE SU PROPIO RITMO”
Todos pasamos en algún momento por situaciones difíciles, cada uno
tenemos un ritmo para asimilar y digerir los acontecimientos, pero en lo que
seguramente coincidimos es en que nos gusta que no nos “metan prisa”, deseamos que
respeten nuestro proceso. Nos molesta o ponemos distancia con quienes nos
imponen sus propios tiempos, con quienes nos presionan para que tomemos una
decisión, con quienes tienen recetas para todo lo que nos sucede o con quienes
nos dicen, lo que nos conviene o no, según sus propios criterios y sin conocer
todas las cartas con las que estamos jugando la partida.
Cada persona es como es. Precipitarnos nos podría llevar a equivocarnos pero, dar largas por mucho tiempo a algo que se nos
requiere tampoco nos ayuda.
A veces surgen conductas que nos perjudican porque impiden tomar una
decisión:
- Evitar pensar y huir buscando distracciones o actividades
- Enredarnos en el victimismo buscando culpables a lo que nos sucede.
Evadimos así también la responsabilidad de hacernos cargo de nuestra vida y
buscar soluciones o caminos para seguir avanzando
- Culpabilizarnos al considerar que vamos demasiado lentos al compararnos
con otros que han vivido o viven situaciones semejantes
Podría ayudarnos el detenernos y revisar nuestro interior. Ante esta
situación que estoy viviendo:
· ¿Qué me digo?
· ¿Soy consciente de todas las
emociones que se despiertan en mí? ¿Las acepto y acojo? ¿Me resisto incluso a
verlas? ¿Las bloqueo? ¿Las evito?
· ¿Cómo es la mirada que me dirijo?:
¿Exigente?, ¿Compasiva?, ¿Cruel?, ¿Amorosa?, ¿Frustrada?
· ¿Me condiciona la opinión de los
otros o me siento libre frente a ella?
El reconocer todas las dinámicas internas que se despiertan en estos
procesos así como el trabajo realizado y el tiempo invertido, nos permitirá ser
tolerantes y respetuosos con los ritmos y pausas de los otros. Y es que… cada uno tiene su propio ritmo
Así es no todos somos iguales.
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