sábado, 3 de septiembre de 2022

“CADA UNO TIENE SU PROPIO RITMO”

 

Todos pasamos en algún momento por situaciones difíciles, cada uno tenemos un ritmo para asimilar y digerir los acontecimientos, pero en lo que seguramente coincidimos es en que nos gusta que no nos “metan prisa”, deseamos que respeten nuestro proceso. Nos molesta o ponemos distancia con quienes nos imponen sus propios tiempos, con quienes nos presionan para que tomemos una decisión, con quienes tienen recetas para todo lo que nos sucede o con quienes nos dicen, lo que nos conviene o no, según sus propios criterios y sin conocer todas las cartas con las que estamos jugando la partida.


Cada persona es como es. Precipitarnos nos podría llevar a equivocarnos pero, dar largas por mucho tiempo a algo que se nos requiere tampoco nos ayuda.

A veces surgen conductas que nos perjudican porque impiden tomar una decisión:

  • Evitar pensar y huir buscando distracciones o actividades
  • Enredarnos en el victimismo buscando culpables a lo que nos sucede. Evadimos así también la responsabilidad de hacernos cargo de nuestra vida y buscar soluciones o caminos para seguir avanzando
  • Culpabilizarnos al considerar que vamos demasiado lentos al compararnos con otros que han vivido o viven situaciones semejantes

Podría ayudarnos el detenernos y revisar nuestro interior. Ante esta situación que estoy viviendo:

·      ¿Qué me digo?

·     ¿Soy consciente de todas las emociones que se despiertan en mí? ¿Las acepto y acojo? ¿Me resisto incluso a verlas? ¿Las bloqueo? ¿Las evito?

· ¿Cómo es la mirada que me dirijo?: ¿Exigente?, ¿Compasiva?, ¿Cruel?, ¿Amorosa?, ¿Frustrada?

·     ¿Me condiciona la opinión de los otros o me siento libre frente a ella?

El reconocer todas las dinámicas internas que se despiertan en estos procesos así como el trabajo realizado y el tiempo invertido, nos permitirá ser tolerantes y respetuosos con los ritmos y pausas de los otros. Y es que… cada uno tiene su propio ritmo

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