jueves, 1 de diciembre de 2016

"ABAJARSE PARA ENCONTRARLE"

 
Tal vez pasamos la vida queriendo encontrar a Dios y esperamos su llegada de manera espectacular. Jesús nació en la suma pobreza, ni siquiera a su Madre le querían dar posada. Nació pobre y solamente acompañado por sus padres. Y murió pobre, hasta las ropas le quitaron… y abandonado por todos los que decían quererle… únicamente acompañado por su Madre, el discípulo amado y algunas mujeres.

Queremos encontrar a Jesús y no somos contemplativos para descubrirle, no tenemos abiertos los ojos del corazón, deseamos ver pero ni lo pedimos… Buscad y encontraréis, claro que sí… por ejemplo: buscadle entre lo despreciado, los marginados, los que no tienen nombre, los que no valen o cuentan, los excluidos… La invitación del Papa Francisco a salir a las periferias no es para arruinarnos la vida, no tiene otro objetivo que nos encontremos con Él y que ese encuentro transforme nuestra realidad y nuestra vida, porque cuando uno se encuentra con Cristo algo cambia en su interior. Podemos, como el joven rico, bajar la cabeza y seguir igual externamente, pero al menos interiormente algo se cuestiona en nuestras vidas.
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Ya nos enseñó San Ignacio que Dios está en todo y en todos. Pero hoy quiero señalar dos maneras de encontrarse con Cristo. La primera es la que he descrito. La segunda es abajarse, escoger siempre lo más sencillo, lo más humilde, lo que otros no quieren, lo que para el mundo sería absurdo, escoger lo que los otros desprecian, lo que más nos cuesta… No te entenderán, te criticarán, incluso puede que se rían de ti… normal… el Reino que propone Jesús no tiene nada que ver con los valores que propone nuestro mundo

·         Amar al mundo es  buscar triunfar, tener éxito, tener poder, escalar en puestos, tener la vida asegurada, disfrutar, pensar en uno mismo, tener una buena reputación…

·         Amar a Cristo es escoger la pobreza espiritual (vivir desapegado de todo/s), escoger la pobreza material, desear ser menospreciado, injuriado… ¡hace falta estar un poco loco! Pero la realidad es que este mundo necesita locos que hagan vivo el Evangelio con sus vidas, que rompan moldes, que cuestionen con su forma de ser y hacer

La decisión es personal: Amar al mundo o amar a Cristo. Ascender o abajarse. Vivir como si Dios no existiera o hacer de Dios el centro de nuestra existencia. Buscarnos a nosotros o buscarle a Él. Tú decides

 

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