lunes, 19 de junio de 2023

“ESE OTRO ES MI HERMANO”

 

Si Jesús fuera un político actual, postulándose para futuro presidente de una nación, no creo que tuviera muchos votos a su favor. En su programa hablaría de ver en el otro a un hermano, de tratarle como tal, de amor, de perdón… o como nos decía hoy en el evangelio de no hacer frente al que nos agravia, de poner la otra mejilla si nos abofetean, de dar la capa a quien quiere quitarte la túnica, de dar a quien te pide, de no rehuir a quien te pide prestado…

Este programa de Jesús es otra historia y humanamente no es fácil seguirlo. Eso de ver en el otro a un hermano es complicado muchas veces hasta en las mismas familias. Vemos hermanos enemistados por herencias o en ocasiones por malos entendidos o por querer cada uno que prevalezca “su verdad”. Padres e hijos que ya no se hablan… Y si en la misma familia no podemos vivir aquello que nos propone y a lo que nos invita Jesús, ¿cómo será el resto de relaciones?.

No es fácil, definitivamente. Y más cuando se nos insiste por todos los medios en el propio bienestar personal, en el triunfo, en “ser mejores que…” o en “tener más que…”. Nos terminamos convirtiendo en el centro del universo y que nadie nos diga algo o nos haga algo porque entonces “se va a enterar de quien somos”, “vamos a defender nuestros derechos con uñas y dientes”.

Santa Teresita decía que Dios no puede inspirar deseos en el corazón que no pueda hacer realidad. Si nos habla de tener un corazón como el suyo es porque es posible pero primero tengo que quererlo y después pedirlo sin cansarme. Es inevitable que ante determinadas circunstancias y con ciertas personas salga lo peor de nosotros, pero es posible que la forma de reaccionar, responder o tratar a los otros cambie a medida que la gracia de Dios vaya transformando nuestro corazón. No perdamos la confianza y la esperanza.

2 comentarios: