“Si quieres puedes sanarme”
decía aquella vez un leproso. Claro que quiere, claro que puede. Y también puede
hacer aquello que anhelamos en nuestras vidas. Quiere porque nos ama y desea lo
mejor para nosotros. Puede porque solo necesitamos ver en la historia, en la
vida de los otros y en la propia, todos los milagros que han acontecido.
¿Qué
pasa entonces cuando no se nos concede aquello que tanto deseamos? Pienso en un
amigo que se encuentra en una habitación de hospital, recientemente intervenido
y a la espera de un resultado para un posterior tratamiento. Pienso en otro
amigo que sufre las consecuencias de la decisión de un familiar. Pienso en dos
compañeras que hace unas semanas fueron
despedidas del trabajo. Pienso en… muchas personas que teniendo fe, la vida no
les va como esperarían.
No
creo en un Dios castigador, en un Dios que premia o fastidia en función de la
fe que tengas o de los esfuerzos o sacrificios que hagas, o méritos que
consigas.
Dejemos
también a un lado las culpabilizaciones del estilo: “Algo he hecho mal”, “Tendré la culpa”, “Si hubiera…”, “Será que no
rezo lo suficiente…”, “Quizás Dios no me quiere porque…”, “A mí no me escucha”,
“Todo me sale mal”, “Tendré que resignarme”, “No soy lo suficientemente bueno”…
Enojarnos,
apartarnos de Dios, culpabilizarnos,… ni resuelve nuestros problemas, ni
satisface nuestras necesidades. Nos lleva a encerrarnos aún más en lo que
quizás calificamos como “desgracia”,
“mala suerte”, “mala racha”… y a incrementar nuestro sufrimiento.
Creo
en que si las cosas no se dan como esperamos es en aras de un bien mayor. Quien
nos ama siempre responde, siempre dispone todo para nuestro bien. Desconocemos
cuál puede ser ese bien mayor pero ahí es donde entra la fe y la confianza.
Aunque no entendamos, aunque lo veamos todo oscuro, aunque veamos apagarse la
esperanza, aunque creamos habernos quedado solos… abandonémonos y confiemos.
Quien nos ama sabe mejor que nosotros lo que hace y lo que más nos conviene.
"...abandonémonos y confiemos. Quien nos ama sabe mejor que nosotros lo que hace y lo que más nos conviene."
ResponderEliminarGracias Gloria por estas palabras que me dan paz!
A muchos nos pasan cosas y nos quejamos de Dios. Pero los culpables somos nosotros mismos por ser cómodos y le huimos al compromiso y no tenemos temor a Dios y cuando tenemos el agua al cuello allí si nos acordamos de Dios y por esa razón son malos padres y los hijos serán malos hijos.
ResponderEliminarMuchos saludos Gloria desde la bella San Pedro Sula Honduras Centro América.
ResponderEliminarDios hace milagros cada día pero sigue contando con nosotros también cada día. Gracias Gloria
ResponderEliminarNosotros tenemos un plan pero Dios tiene un propósito.
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