jueves, 26 de octubre de 2017

"TRASCENDER LA ENFERMEDAD"



Hace dos días estuve en un taller sobre aprender a sanar traumas a través de la energía. Son seis sesiones y apenas vamos por la segunda. Se movieron muchas cosas y es que cuanto más me conozco más me doy cuenta de todo lo que me falta. De este taller como de tantos otros recibidos, no salí igual que entré, en algo me ayudó y algo sané. Pero quiero hablar de algo concreto. Casi para terminar se nos habló de un diccionario de enfermedades que puedes encontrar en internet. La dirección es www.biodespertaremocional. La tarea que tenemos que hacer para la próxima sesión es hacer un listado de las enfermedades padecidas, su sentido biológico, cuál es el conflicto  o trauma que las ha causado, cuál es el mensaje o a qué nos invita la enfermedad y dar las gracias. Me llamó la atención cuando el formador, un jesuita guatemalteco con mucha experiencia en todo esto, comentó que las enfermedades no son enemigos a los que atacar o combatir sino ángeles que tratan de comunicarnos algo que hay que trabajar en nosotros. Esto me quedó resonando.

Resultado de imagen de ojos, jesus, fanoCasualmente, por decir algo porque no creo en las casualidades, me ha pegado conjuntivitis. Decenas de miles de hondureños la han padecido en este último mes y es que se ha convertido en una epidemia viral que está afectando a todo el país. De no haber sido por este curso lo hubiera visto como: “no iba a ser yo menos” o “no me salvé” o “ni modo, es lo que toca”… me hubiera aplicado el colirio y como vino se hubiera ido. Pero anoche me desvelé. No aguantaba mis ojos, los tenía al rojo vivo, medio pegados, y me ardían. Tras dos horas de desvelo me empecé a cuestionar qué mensaje podía tener para mí esta conjuntivitis y me empecé a preguntar por “el ver”, “el mirar”, “cómo veo”, “cómo me veo”… y algo se desbloqueó en mí. Una de mis oraciones más repetida es que me mire, y mire a los otros con amor y misericordia, esto conectó directamente con lo que me estaba pasando. Y ya no me importó el malestar de los ojos. Yo no pido nunca en mis oraciones por la salud pero ahora mucho menos. He caído en la cuenta de que es más importante pedir otras cosas, en este caso la gracia de mirarme y mirar a los otros como Él me mira y les mira, y descubrir la bondad de Dios en todo a pesar de que lo que nos sucede no sea según lo previsto o a veces hasta doloroso.

Y con todo esto recordé el relato del paralítico y su camilla. Jesús comienza perdonándole sus pecados. Claro que sí… eso es trascender la enfermedad… caer en la cuenta de que otras cosas son prioritarias. Si Jesús le hubiera sanado su enfermedad, tarde o temprano se hubiera vuelto a agravar. Eso es lo que hace la medicina, ataca la enfermedad y no descubre la causa, y al final uno vuelve a padecer lo mismo o el cuerpo expresa de otra manera eso que tiene que trabajar. Jesús sabe qué es lo que le está provocando su parálisis y comienza por ahí. Ni entonces entendieron ni nosotros todavía entendemos muchas de sus enseñanzas.

Que Dios te dé, nos dé la gracia de trascender lo que nos sucede. Y tengamos la confianza de que nuestras peticiones serán escuchadas porque ¿acaso Dios no dará el Espíritu Santo a quién se lo pida si nosotros somos capaces de dar cosas buenas a quienes queremos?


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