Pedro y sus compañeros pasaron la
noche en el mar y no pescaron nada. Buscaron y lo único que encontraron fue
silencio, vacío, soledad
Jesús les anima en la mañana a ir
mar adentro y, entre sorprendidos y desconfiados, hacen su voluntad. Para
sorpresa de ellos, donde parecía que nada había, encuentran lo que buscaban. Y
es que cuando nos abandonamos y nos dejamos llevar por su Palabra, todo se nos
da.
En lo profundo nos encontramos con
nuestra pequeñez pero también con “el tesoro”, con Dios mismo que habita en el
interior, con su poder y su Espíritu capaz de hacer posible lo que parece
imposible, capaz de hacer brotar agua del corazón más árido, capaz de sanar las
heridas más dolorosas, capaz de liberar lo encadenado.
En lo profundo nos encontramos con
su Palabra que alienta la confianza y la esperanza, que señala el camino, que
reaviva la fe.
En lo profundo conviven el pecado y
la gracia, nuestra pequeñez y su grandeza, nuestra pobreza y su riqueza.
Reconocer esta verdad nos hace humildes y nos ayuda a mirar con amor y
misericordia a los otros, tal y como él nos mira.
Jesús nos invita a remar mar adentro, a bucear en lo profundo. Allá donde parece que nada hubiera, nos vamos a encontrar con TODO
Lindo mensaje miss gloria
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