miércoles, 28 de octubre de 2020

“¿HACIA DÓNDE VAMOS?”


 

¿Hacia dónde vamos? ¿Hacia dónde lleva esta carrera imparable por el tener, por el poder, por el éxito…?

¿Por qué ver a los otros como enemigos o amenazas cuando son nuestros hermanos? ¿O por qué verlos como medios para satisfacer nuestros intereses particulares?

¿Por qué no reconocer nuestra dependencia, nuestra necesidad de los otros, nuestras limitaciones y debilidades?

¿Por qué vivir en una continua zozobra, angustia y soledad por creernos y querer ser autosuficientes o todopoderosos?

¿Qué nos tiene que pasar para que abramos los ojos? Parece ser que las guerras, las luchas de poder o por el tener, los terremotos o huracanes, las enfermedades… y ahora el COVID-19 no son suficientes.

¿Hasta dónde llega nuestra frialdad para que una pandemia, que se ha cobrado cientos de miles de vidas en todo el mundo y que nos puede afectar a cualquiera, no nos cuestione? ¿Qué más tiene que suceder?

¡Qué triste realidad! Y es que…

  • Avanzamos en la creación de cosas que aparentemente son útiles pero la mayoría nos esclavizan
  • Nos relacionamos más a través de la tecnología pero físicamente nos mantenemos distantes
  • Pensamos en los intereses particulares pero poco o nada en el bien común
  • Hay suficientes recursos en el planeta pero siguen existiendo personas viviendo en extrema pobreza
  • Necesitamos sentirnos amados pero nos alejamos de familiares y amigos que ya no piensan igual

Sólo cuando comencemos a ver lo que nos une por encima de las diferencias es cuando:

  • Amanecerá en nuestra vida
  • Podremos construir un mundo distinto
  • El dolor del otro nos afectará y nos llevará a actuar
  • La alegría de los demás será nuestra alegría
  • Desaparecerán la angustia, la ansiedad y los miedos

Es hora de despertar… y urge que lo hagamos YA.

1 comentario:

  1. Estamos desconectados nos an alienado mil cosas y hemos despreciado una y la más importante. Nuestra salvación.

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