viernes, 2 de octubre de 2020

“TODO ES PARA BIEN DE LOS QUE AMAN A DIOS”

 


Qué fácil creerlo cuando todo va sobre ruedas y parece que la vida nos sonríe pero qué complicado cuando llega la adversidad, la prueba… Pienso en Jesús en el monte de los Olivos, pienso en tanta gente que está viviendo situaciones límite, pienso en esta pandemia y el dolor que está causando, pienso en quienes son abusados o violados a temprana edad, pienso en quienes son abandonados, en los que pasan hambre, en las mujeres maltratadas, en quienes no tienen trabajo, en los enfermos, en quienes no encuentran una razón por la que seguir viviendo…

“Todo es para bien de los que aman a Dios”. Nuestro entendimiento no es capaz de comprenderlo en muchas ocasiones. Queriendo ver el bien solo vemos lo negativo.

“Todo es para bien de los que aman a Dios”. Se necesita un excedente de fe, una confianza absoluta y una disposición a abandonarse al Padre con la certeza de que sabe lo que hace y siempre quiere lo mejor para todos.

Aunque no veamos, aunque no entendamos, aunque todo parezca volverse en contra nuestra, aunque no encontremos salida a nuestros problemas, aunque dudemos y no sintamos su Presencia, aunque… ¿qué nos queda si no abandonarnos en Él y confiar?. Dejemos que haga su obra en nosotros para mayor gloria suya aunque no corresponda con nuestra voluntad. Sabe lo que hace y lo que nos conviene

Abandonarse y confiar. Que contemplar la cruz sea nuestro consuelo, aumente nuestra fortaleza y mantenga viva nuestra esperanza porque… “Todo es para bien de los que amamos a Dios”.

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