Jesús vive atento a lo que sucede, a su prójimo… y
también a quien se acerca solicitando ayuda para otros. María intercede en
aquella boda en la que los convidados se quedan sin vino, muchos eran los que acercaban a ciegos, cojos y otros enfermos a los pies de Jesús para que Él
los sanara, un día un grupo de hombres llevó hasta su presencia a un paralítico
haciendo mil peripecias para meterlo por el tejado de una casa, un amo fue a
pedir sanación para su criado… y así encontramos muchos pasajes en el Evangelio
en los que son personas comunes quienes se acercan a Jesús pidiendo por otros
Hoy también nosotros podemos ser intercesores cuando
somos testimonio vivo de Jesús, cuando nos acercamos a Él por medio de la
oración presentando las necesidades de cada uno de ellos…
Los santos y quienes nos han precedido en la gozo de
la vida eterna también se han convertido en intercesores que velan por todos
nosotros y median para allanarnos el camino
Seamos intercesores de otros, acerquemos a otros
hasta Jesús
Pidamos intercesión a María, a los santos, a quienes
se nos adelantaron y también a quienes están entre nosotros… porque Jesús está
atento, hoy como entonces, a todas nuestras necesidades.
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