Vivimos en la era de la tecnología y podemos enredarnos de tal
manera que ésta ocupe nuestro corazón, que se convierta en nuestro centro, que
sea lo primero en nuestra vida, que la utilicemos para satisfacer nuestras
necesidades.
Estamos viendo en Ejercicios Espirituales el “tanto cuanto” y
me resulta simpático cómo cuestiona a los ejercitantes. “Todo lo creado sobre
la tierra ha de usarse tanto cuanto nos acerque al fin para el que hemos sido
creados que no es otro que amar y servir, y tanto ha de rechazarse o dejarse
cuanto me impida ese fin”
La tecnología, como tantas otras cosas sobre la faz de la
tierra, no es buena ni mala en sí. La valoración habría que darla en función
del uso que hago de ella. ¿Cuál es mi objetivo: buscarme o construir Reino?.
Hay que ser muy astutos porque, como dice San Ignacio, también el mal espíritu
se presenta en forma de “ángel de luz” y nos puede seducir por medio de ella
con argumentos, justificaciones y medios muy santos.
Con esto del confinamiento y disponer de más tiempo, muchos
son los que se han refugiado en las redes: para matar el tiempo, para
entretenerse, para distraerse… Los hay también que las han utilizado para
alimentar su alma y su espíritu pero en esa búsqueda han escuchado reflexiones,
homilías, prédicas, videos… que no dejan de ser la experiencia vivida de otros.
Tal vez es el momento de hacer un alto y discernir en qué empleo yo mi tiempo
cuando utilizo la tecnología y si todo lo aparentemente “santo” realmente me
nutre. Porque no hay que perder de vista algo: Puedo ver a otro comer un plato
exquisito, me puede contar a qué sabe y cómo le sacia pero como yo no me lo
coma, en mí no va a producir efecto alguno. Lo mismo pasa cuando otros nos
cuentan sus experiencias de fe, o lo mismo te puede suceder cuando lees lo que
escribo. Puede gustarte más o menos pero no deja de ser una experiencia ajena.
Necesitas hacer tu propia experiencia. No tengas miedo y date la oportunidad de
vivir tu propia aventura interior. No inviertas tanto tiempo en escuchar o leer
a otros, no te tragues todo, discierne lo que realmente es importante… y sobre
todo, haz tu mism@ la experiencia. Te aseguro que el mismo plato de comida nos va
a saber de modo distinto. Y lo que realmente va a calmar tu hambre va a ser
degustar tu propia comida
https://youtu.be/0BlyGfpdsbU
Recuerda: Si comes en exceso, seguramente te enfermarás. Si te
quieres alimentar escuchando lo que los otros te cuentan sobre lo que comen,
seguirás teniendo hambre. Tienes que discernir qué es lo necesario y saludable
para ti y darte el placer de degustarlo. Sólo así quedarás saciado
Hola Gloria haber que día saca un video cantando una de sus composiciones así como escribe estas bonitas reflexiones, bendiciones
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