Está
ya muy “ajado” el término “amor”, a cualquier cosa llamamos amor
Se
han escrito infinidad de libros sobre el amor pero ha habido, y afortunadamente
sigue habiendo, muchas personas que con su vida nos hablan de amor. En todos
ellos vemos: La capacidad de salir de sí mismos, de ser fieles, la entrega, la
capacidad de arriesgar… No deja de cuestionar: la renuncia que hacen a “sus
cosas”, a lo “de siempre”, a sus hábitos y costumbres, a la comodidad e incluso
a otras relaciones.
Tal
vez decimos que amamos pero ¿Qué damos por amor? En ocasiones ni un poco de
tiempo, ni un ratito de atención a quien nos habla… ¿A qué estamos dispuestos a
renunciar por amor? ¿No será que la pereza, la comodidad, el miedo, el egoísmo,
la desconfianza, las falsas seguridades en que nos apoyamos… nos impiden amar?
¿O tal vez es que no amamos porque no sabemos amar o no nos hemos sentido
amados?
¿A
qué estarías dispuesto a renunciar por amor? ¿Qué es aquello que te costaría
dejar, qué es eso a lo que estás tan apegado que nunca dejarías?
Alguien
lo dio todo por ti, incluso su vida. ¿En qué se diferencia su amor de tu amor?
Quien ama: respeta, acoge, acompaña, es fiel, desea lo mejor a su amado, perdona,
se entrega sin límites, lo arriesga todo…
Para
poder amar como Él solo hay un camino: Abrirse a su amor, acogerlo, dejarse
abrazar por él. Dejar a un lado los miedos, la desconfianza, las falsas
seguridades. Abandonarse, confiar, lanzarse al vacío
Él
es capaz de mover cualquier obstáculo pero depende de tu voluntad ¿Lo quieres,
lo deseas? Abrirse al amor para amar como Él ama
Nunca podemos amar como Dios nos ama, pero podemos intentar practicar una y otra vez hasta llegar lo más cerca posible de la perfección.
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