Hace unos días me escribió una amiga
angustiada ante algo que le habían comentado y que podía afectar a su situación
laboral. En ocasiones nos perturban noticias que ni siquiera han sucedido
imaginando un sinfín de posibles escenarios, casi siempre “desastrosos”.
El pensar reiteradamente en lo que
ocurrirá, nos agita aún más. Podemos hablarlo con alguien pero ¿con quién?. No
faltarán quienes remuevan más nuestros sentimientos y confirmen nuestros
temores, buscando culpables y apoyando
nuestro victimismo. ¡Bastante tenemos con remover nuestra agua como para
que otros nos ayuden a agitarla aún más!. Lo que nos puede ayudar es que el
agua se calme. No nos centremos en los hechos, en las situaciones, trascendamos
todo ello, miremos más allá. Es complicado si no se tiene fe, lo entiendo, no
sé cómo se podría hacer en esos casos. La fe ayuda a ver todo desde otra
dimensión, a descubrir un plan de amor en todo lo que acontece, a recordar en
manos de quien estamos, quien nos sostiene. Dejar estar “eso” que me inquieta
recordando quién me ha creado, quién me ama, quién sabe mejor que yo misma lo
que me conviene… confiar, y convencerme de que lo que sea será lo mejor.
“Solo por hoy” decía Santa
Teresita. No adelantemos acontecimientos. “Cada
día tiene su afán”. Vivir pensando en lo que podría ocurrir nos impide
disfrutar, estar alegres y gozar de paz en el momento presente.
De acuerdo, caminar el día a día es lo más sano...
ResponderEliminar🙏🏽
ResponderEliminarGRACIAS ESTABA CON ESOS PENSAMIENTO A SENTIRME MAL DE LO QUE NO HA OCURTIDO.
ResponderEliminarSolo por hoy .
ResponderEliminarGracias Gloria.
Así es. No turbarse ante lo que no es un hecho
ResponderEliminar