jueves, 27 de febrero de 2025

“BUSQUEMOS LA EXCELENCIA”

 

En las cosas del mundo hay quien busca lo más y quien se conforma con poco o con lo justo. Hay quien se arriesga y pone todo de su parte por conseguir sus objetivos y quien se esfuerza lo mínimo o lo suficiente. La excelencia se traduce en ser más que, tener, llegar a ocupar puestos reconocidos, brillar, ser aplaudido… Lo triste es cuando se nos olvida que no somos dueños sino simples administradores de eso que hemos recibido o conseguido. ¡Qué dicha luchar por la excelencia cuando se tiene en cuenta el bien común!, desgraciadamente no siempre es así.

El otro día en la adoración se nos cuestionaba sobre buscar la excelencia en nuestra vida cristiana pero… ¿Qué es lograr la excelencia en la vida cristiana?. A veces lo confundimos con hacer muchas cosas, tener muchos compromisos, ocupar puestos de responsabilidad, cumplir con los ritos o rezos, estar mucho tiempo metido en la iglesia, quedar bien ante el superior, el obispo, el párroco, el coordinador del grupo… Nos quedamos en los medios olvidando el fin. Y esto pasa cuando nos buscamos a nosotros mismos… Así no llegamos ni al aprobado.


Para mí la excelencia en la vida cristiana no es otra que hacer la voluntad de Dios allá donde te encuentres: En la casa, en el trabajo, en la calle, en el supermercado… La excelencia en la vida cristiana supone tener en cuenta la voluntad de Dios a la hora de tomar decisiones, de comprometerte en algo, de servir, de relacionarnos con los otros… La excelencia en la vida cristiana tiene que ver con el amor.

Buscar la excelencia no es decir a todo que “Sí”, o a lo que los otros quieren o esperan de ti, sino responder a lo que Él quiere de ti en todo momento y con independencia de las consecuencias.

Quien persigue la excelencia en la vida cristiana es libre frente al qué dirán porque solo busca agradar y responder a Dios. Unas veces le aplaudirán y otras le criticarán, unas veces le tendrán en cuenta y otras prescindirán de él, pero no le afecta porque sabe para quién trabaja y a quién sirve.

Si eso que haces te provoca tensión, nerviosismo, preocupación, enojo… ¡Detente!. Cuestiónate a quién respondes ¿a ti, a una persona, a un grupo de personas…?. ¿No será que quieres dar una imagen buscando en los otros reconocimiento, afecto…?.

Y si te das cuenta de que no te mueves bajo la mirada de Él sino de los otros o de ti mismo… ¡Rectifica!. Deja “eso” (porque a lo mejor no es lo que te toca o no es el momento) o cambia de actitud.

Lograr la excelencia en la vida cristiana solo es posible respondiéndole a Él y dando el “100”, cada uno según sus capacidades, dones...

Perseguir la excelencia en la vida cristiana es desear en todo momento lo que Él quiere y realizarlo.

6 comentarios:

  1. Excelente reflexión!!!

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  2. Que bien, gracias Gloria.

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  3. Hacia "ella" caminamos.

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  4. Toca salir de los medios de nuestras propias prisiones y llegar al fin !!!
    Gracias mil Gloria

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  5. Muy bueno tu comentario, me ha hecho reflexionar, y en vida hay un poco de todo, pero trabajo para agradarle a El.
    Gracias Gloria.

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