Se puede
seguir a Jesús desde el ideal de lo que se quiere ser, de lo que los otros
esperan, de lo que se cree que Dios quiere o desde la realidad que se es.
Seguirle
desde “un ideal” acaba frustrando, cansando e incluso se termina abandonando…
se es infeliz
Seguirle
desde la realidad que se es: Permite vivir el presente sin afanarse por el
mañana, evita muchas complicaciones, ayuda a escuchar mejor Su voluntad,
descubrirle y responderle… da una gran paz.
Se le puede encontrar donde se cree que está o abrirse a la novedad y dejarse sorprender rompiendo todos los esquemas aprendidos e ideas preconcebidas.
Y es que
puede que….
Creyendo
conocerle y haberle alcanzado, podamos desconocerle y habernos alejado
Creyendo
seguirle y estar respondiendo a su voluntad, podamos estar buscándonos y
respondiendo a un ideal
El “nacer de
nuevo” del que Jesús hablaba a Nicodemo. Poner los pies en la tierra, ser
consciente de lo que se es y de lo que se tiene, dejarse hacer, abandonar
viejas creencias, abrirse a lo que está por llegar… No es fácil… supone
ruptura, renuncias… implica lanzarse al vacío… se necesita fortaleza,
determinación, valor para hacer oídos sordos a quienes no aplaudan el camino,
confianza de saberse en buenas manos, de ser sostenido, acompañado, amado…
Soñar con
volar alto y poner los medios no nos garantiza conseguirlo. Caminar con los
pies en la tierra sabiendo quien nos lleva, lo que somos y tenemos… dejándonos
hacer… será lo que nos permitirá poder volar hasta donde ni alcancemos a llegar
con nuestro pensamiento
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