En
el silencio de la noche, cuando la mayoría de las personas duerme, ¡pueden
escucharse tantas cosas…!. En la madrugada han surgido la mayoría de los
escritos de este blog. En el encuentro con Él, conmigo y con lo vivido, los
sentimientos y los pensamientos toman forma y algo en mi interior me anima a
sacarlo por medio de palabras. Soy consciente de que no es mío, las ideas
surgen a veces tan rápidamente que apenas logro entender después mi propia
letra. Y como no lo produzco yo sino que se me regala, quiero responder de la
manera que se nos ha enseñado: “Dad gratis lo que se os ha dado gratis”
Confieso
que en el silencio de la noche no siempre es agradable lo que escucho, lo que
encuentro… a veces es doloroso porque aparecen: las dudas, los miedos, la
ingratitud, los tropiezos, los resentimientos, la culpa… toco mi más absoluta
humanidad, mi pobreza, mi fragilidad…
También
es verdad que en el silencio de la noche no siempre hay palabras, me atrevo a
decir que la mayoría de las veces no ocurre algo, y hablo de semanas enteras…
pero ahí permanezco
En
el silencio de la noche no busco encontrarme con los gustos o los regalitos de Dios,
busco simplemente estar con independencia de si pasa o no algo.
En
el silencio de la noche soy más consciente de que no estoy sola, de que una
Presencia me habita y envuelve
En
el silencio de la noche mientras unos duermen y otros tratan de conciliar el
sueño, mientras unos trabajan y otros estudian, mientras algunos oran por
todos… el Amor sigue regalándose para quien desee y esté dispuesto a acogerlo.
En
el silencio de la noche también se producen los milagros.
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