No podía dejar de
escribir sobre mi abuela ahora que ha partido a la casa del Señor. Cuando este
blog se creó, ya hacía más de dos años que había comenzado a escribir. Siempre se lo leía a la yaya o se lo imprimía para que lo pudiese leer las veces que
quisiera. Ponía mucha atención y todo le gustaba, no podía ser de otra manera,
para los abuelos los nietos son lo mejor del mundo y todo lo hacen bien.
Sabemos lo que mi
abuela sufrió en su infancia al quedarse huérfana de padre y al tener que
desprenderse su madre de tres de los cinco hijos porque no podía hacerse cargo
de todos. A la yaya le tocó con unos parientes que desde los seis a los
dieciocho años le hicieron la vida imposible. Se tuvo que hacer cargo desde que
llegó de los niños de la casa, y la trataron como a una criada. Lo único que la
fortaleció era la presencia en esa familia de un tío cura que la quería mucho y
la defendió en muchas ocasiones. Quién sabe si eso no avivó su fe y su
confianza y esperanza en el Señor de que todo un día cambiaría.
Estos últimos días
pensaba en cómo Dios la sostuvo durante esa experiencia y a la vez en lo
querida que ha sido después pero sobre todo en el amor que ella ha dado cuando
apenas lo recibió en esos primeros años tan cruciales en el desarrollo de la
persona.
Su relación con el
Señor, su devoción a la Virgen, su encuentro diario con Jesús Eucaristía…
fueron agrandando su corazón. Su fe era muy, muy grande. Su mayor deseo era que
yo estuviera con la familia pero siempre terminaba diciendo: “Si es voluntad de
Dios que te vayas a Honduras…”. Y callaba porque ante la voluntad del Señor
ella sabía que sus palabras y su querer no contaba. Y aunque le costaba, y
aunque lloró mucho (como me lo confesó hace un par de meses), nunca se opuso ni
me lo hizo difícil. Los primeros años, cuando ya nadie se comunicaba conmigo
(porque entonces solo cartas), ella seguía escribiéndome, enviándome algún fax
de vez en cuando para que llegaran antes, y cómo no, no dejaba de mandar sus
letras a Monseñor pidiéndole que me cuidara.
¡Era tan fácil
quererla…!. Se robó el corazón de muchos a lo largo de su vida. Yo le decía:
“Yaya te salen niet@s por todos los sitios”. Y es que… ¡Cuántos le decían
“yaya”!.
Lo último que me
dijo fue: “Reza por mí”. ¡Dice tanto de ella esta frase…!
Ahora ya está
gozando de la paz y del amor del Señor. Siento la tristeza de la despedida pero
me queda la esperanza de volver a encontrarnos un día con todos los que se nos
adelantaron.
La yaya siempre ha
estado ahí. Ahora continua estando pero de otra manera. Tengo un ángel más en
el cielo, o una estrella, o una intercesora, o… que ahora me va a ayudar más y
de la forma que más necesito.
Te quiero yayita
bonita.
Que linda Gloria su Yaya se fue feliz sabiendo lo bello que es tener de nieta una persona como usted Dios la fortalezca siempre y siga caminado en la gracia de Dios lindo mensaje un abrazo fuerte
ResponderEliminarEl amor mas bello de experimentar, el amor de un abuelo. Un abrazo muy fuerte Gloria, Dios le dio la dicha de tener una abuelita tan especial como la que tuvo y que ahora estará mas cerca de Usted.
ResponderEliminarQue desde su nueva Vida cuide de nosotros.
ResponderEliminarEse ángelito ya cuida de ustedes ya desde muy cerquita de Dios...un fuerte abrazo , Gloria
ResponderEliminarLos que tenemos la grandísima suerte de conocerte, escucharte y leerte sabemos lo importante que era tu yaya para ti y el lugar que siempre ocupará en tu vida. Se ha ido dejando mucha paz y muchas sonrisas detrás. Cada vez que mires al cielo encontrarás una estrella que brille de manera especial e incluso igual hasta te sonría 😉 gracias por ser como eres, Gloria
ResponderEliminarQue bonito lo que escribio de su abuelita. Ella es un angel que la cuida desde el cielo.
ResponderEliminarDios es maravilloso usted es una persona bella , maravillosa con mucha sabiduria y su abuela tuvo la oportunidad de tenerte como Kiera 🙏🙏🙏
ResponderEliminarMis mas sentido pesame hermana Gloria Saenz. Por la perdida irreparable de su abuelita. Descanso eterno de su alma y resignacion cristiana a toda su apreciable familia. Javier Maradiaga Madrid San Pedro Sula Honduras.
ResponderEliminarGloria un abrazo inmenso de corazón a corazón, Tener yayas como la tuya son verdaderas escuelas de fe, mujeres que han tenido una verdadera experiencia de encuentro con Jesús, son amigas de Dios.
ResponderEliminarGloria siento mucho la perdida de tu yaya. Su fe, su dulzura y su estar con la gente con esa cercanía y acogida prosigue en su querida nieta. Te acompaño
ResponderEliminarQuerida Gloria un fuerte abrazo y mis condolencias por el fallecimiento de su amada Yaya ese Angel que Dios estaba necesitando en su corte celestial.Que en Paz descanse su alma y que brille para ella la luz perpetua.Juanita.
ResponderEliminarQuerida Gloria, qué hermoso testimonio de vida, de amor, fe y esperanza en el Señor. Te quiero mucho , Gloria. Gracias por compartir.
ResponderEliminarLinda Mercedes
EliminarGloria lo leí y solo puedo decir que el tiempo de Dios es perfecto 🙏 partir de Honduras fue una decisión difícil pero hoy todo se explica . Que el señor diga dando frutos en su vida y se que la yaya ha dejado un gran ejemplo en su vida .
ResponderEliminarCuantos nietos desearían una abuela como la tuya. Por que en nuestros pueblos hondureños hay muchos nietos maltratados por la ausencia de sus padres por el sueño americano.
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