sábado, 4 de marzo de 2023

“A VUELTAS CON ESO DE LA CONFIANZA”

 

Quizás no creemos, o tal vez si lo hacemos confiamos tan solo un poquito en el Señor. Nos agarramos más fuertemente a Él en situaciones que superan nuestra capacidad o que hacen tambalear nuestra humanidad. Ahí es donde nos vemos tan vulnerables, frágiles y tan poca cosa que casi no nos queda otra que confiar. Seguramente en momentos de enfermedad, rechazo, críticas, sufrimiento por acontecimientos, angustia por preocupaciones o por lo que viven personas a las que queremos. Quien más o quien menos, a poca fe que tenga, se agarra al Señor suplicando aquello que más está necesitando y para eso se requiere confiar en Aquel a quien le estás pidiendo.

Ahora bien, ¿Qué sucede si no me satisface mis deseos?. ¿Será que no es un buen Padre?. ¿No habré pedido bien o suficiente?. ¿A lo mejor a mí no me quiere?.

La confianza es un salto al vacío, no implica que todo será como pienso o quiero. Es un misterio que no se puede abarcar ni explicar con palabras o al menos así lo siento. Es abandonarse por fe en que todo es y será como más convenga sabiendo que “eso” que estoy viviendo es lo que quiere para mí porque busca mi bien y ahí voy a encontrarme con su Amor. No es buscando recibir sino dándome en esa realidad donde voy a poder encontrarle.

Cuando pido por mí estoy en el centro. La confianza también implica salir de mí y poner mi mirada en el Otro, querer lo que Él quiera. Una confianza que solo se puede asentar sobre la fe. No veo, no entiendo, no sé, no puedo… pero me fío, porque sé que Alguien que me ama cuida de mí, me sostiene y quiere encontrarse conmigo.

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