En ocasiones la gente me pide oración y otras veces les
escucho sus peticiones. La mayoría de las veces pedimos, no lo que necesitamos
sino lo que creemos que necesitamos o lo que deseamos para nosotros y otros. En
la mayoría de las oraciones nos buscamos y, no buscamos tanto la voluntad de
Dios
En la enfermedad se pide salud, ante la pérdida de un
trabajo se pide encontrar otro… ¿Cuántas veces pedimos encontrarnos con el
Señor, que se haga su voluntad…?
“En esta situación que otros o yo vivimos, en la prueba,
en este acontecimiento, en la dificultad… en medio del dolor, del sufrimiento o
del caos interno… que logremos encontrarnos contigo”
El Señor, que desea encontrarse con nosotros, no cesa en
su búsqueda y se aprovecha de todo/s para hacerse el encontradizo con nosotros.
Que estemos abiert@s, atent@s, despiert@s... para que ese encuentro se
produzca. ¿Podemos aspirar a algo mejor que eso?¿Acaso hay algo mejor?
¿De qué sirven la salud, el dinero, las posesiones, estar
rodeados de gente que nos quiere, el éxito, el poder, la fama, el prestigio,
los honores… si todo eso nos mantiene a años luz de la Presencia del Señor?
¿De que sirve tenerlo “todo” si me falta “TODO”, si mi
corazón está vacío, si mi vida carece de sentido, si soy esclav@ de “todo”…?
Que el Señor nos de en cada momento lo que necesitamos,
que se cumple su voluntad en nosotr@s para poder encontrarnos con Él y vivir en
su Presencia.
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